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La bronca del Fujimorismo

Publicado: 2013-04-01

Las peleas internas mantienen dividido al grupo liderado por la excandidata presidencial Keiko Fujimori. El círculo más cercano a su padre la acusa de intentar ‘desfujimorizar’ el movimiento naranja. Mientras tanto, Keiko boicotea los intentos de su hermano menor, Kenji, de hacerse de un espacio de poder propio. El tema del indulto puede hacer estallar la unidad.

Escribe: Laura Grados

En el 2012, la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, saboteó uno de los intentos de su hermano, el congresista Kenji Fujimori, por hacerse de un espacio de poder dentro del movimiento fujimorista.

De acuerdo con una fuente del fujimorismo, hacia abril del 2012 Kenji convocó a los congresistas fujimoristas del interior del país para tratar temas relacionados con sus departamentos. El objetivo era buscar un acercamiento con la población, identificarse con ella y empezar a construir su propio perfil político. La iniciativa le duró poco.

A través de Ana Herz de Vega, su más cercana asesora, Keiko mandó un mensaje a los parlamentarios para que dejaran de asistir a dichas reuniones. “La falta de liderazgo de Kenji contribuyó a su fracaso por crearse un espacio propio que lo aleje de la sombra de Alberto Fujimori”, explica.

A diferencia de su hermano menor, Keiko sí ha sido capaz de construir su propio perfil, aunque eso le cueste severas críticas de parte de los acólitos de su padre por querer “desfujimorizar” al partido dándole una nueva imagen, más distanciada del fujimorismo duro.

Es más, no falta en el fujimorismo quien señale a Keiko por no haberse comprado completo el pleito por el indulto a favor de su padre, el cual el gobierno ya debe definir en los próximos días.

El propio proceso de revocatoria, en el que Keiko decidió no intervenir, la ha distanciado aún más de la línea dura del partido. Es verdad que Kenji contaba inicialmente con todo el respaldo de su padre, pero la información que se ha podido recoger señala que últimamente esa relación se ha  deteriorado, siguiendo el derrotero de su hermana. Hoy por hoy, Alberto Fujimori no tiene mayor influencia en sus dos hijos. La bronca la tendrán que resolver ellos mismos.

Técnicos versus místicos

La división al interior del fujimorismo se da entre dos bandos. Por un lado están los “técnicos”, del entorno de Keiko Fujimori, y por el otro están los denominados “albertistas”, fieles seguidores del expresidente preso en la Diroes. Estos últimos, cuenta un integrante de  dicho sector, son los que poseen “la mística fujimorista”.

La división se hizo patente en el 2011, en plena campaña presidencial. Y se dejó traslucir, por ejemplo, en la elaboración de la lista de candidatos al Congreso. ‘Viejas glorias’ del fujimorismo como Martha Chávez, Luz Salgado, Martha Moyano y Carmen Lozada, quedaron muy atrás de los primeros números. Se dice que en esa decisión tuvo mucho que ver Jaime Yoshiyama, otro cercanísimo de Keiko y que –es un secreto a voces– decidió también el alejamiento del publicista Carlos Raffo de la campaña presidencial en la segunda vuelta.

“A Martha Chávez le dieron el número 36, a Salgado el 16, a Moyano el 12 y a Lozada el 19, todo eso solo por cumplir”, comenta la fuente. De ese grupo, solo Chávez y Salgado consiguieron los votos para un escaño, pero su actual peso dentro del fujimorismo no es el mismo de los noventa, ni de lejos (aunque otra fuente señaló a Velaverde que eso pasa también por una decisión propia de no jugarse como antaño).

Por lo anterior, los que aseguran llevar la “mística fujimorista” en sus venas acusan a Keiko de pretender “desfujimorizar” a la organización, desligándose de los rostros emblemáticos del régimen de su padre.

Un asunto de entornos

En el fujimorismo es sabido que Alberto siempre ha tenido predilección por su hijo menor. “El niño de sus ojos”, declara un amigo de ambos. Pragmático, el expresidente sabe que Keiko es su principal heredera política, aunque es más cercano a Kenji. “Lo aconsejó mucho y Kenji, de alguna manera, hizo su campaña en nombre de Alberto”, añade. Hoy, como se ha comentado, la relación padre–hijo se ha resentido un poco.

La relación entre Alberto y Keiko, sin embargo, es la que ha sufrido más.

Este distanciamiento se inicia en un hecho puntual, cuando la enfermera del exmandatario, Gina Pacheco, es apartada de la lista de candidatos al Congreso por el fujimorismo. A Pacheco se le vinculaba sentimentalmente con Alberto. Ella lo negó siempre.  Keiko justificó del siguiente modo la decisión de sacar a Pacheco: “Fueron razones políticas”.

La relación Alberto–Keiko no se ha recompuesto.

Y si la relación entre Alberto y sus hijos no pasa por el mejor momento, la relación entre los hermanos tampoco. Conocedores de los entretelones fujimoristas sostienen que las diferencias Keiko–Kenji son azuzadas por sus respectivos entornos.

Keiko confía mucho en su círculo de colaboradores. Destacan principalmente Ana Herz de Vega y Adriana Tarazona. La primera es asistente, secretaria y amiga. La segunda es economista y trabaja con Keiko desde que se desempeñó como primera dama. Ambas son muy cercanas, sobre todo Herz de Vega. “Es su conciencia”, sostiene una fuente.

“Keiko ha heredado el mismo defecto de su padre; se deja capturar por su círculo más cercano”, opina por su parte un dirigente fujimorista que participó activamente en el gobierno de los noventa.

Y si Keiko tiene a sus íntimos, pues Kenji también. Entre ellos, la experiodista Rosario Enciso, quien maneja su agenda y, a decir de cercanos al entorno fujimorista, “prácticamente lo monopoliza”. Aparentemente, cada una por su lado aconseja a los hijos de Fujimori de marcar su propia ruta alejada de la de su familiar.

Aparte, Kenji se ha abierto un propio frente en la bancada fujimorista. A finales del 2012 el Congreso aprobó la polémica duplicación del ‘bono de representación’ en 15 mil soles. Hacia los primeros días de enero, abierto el debate sobre la norma, Kenji se mostró en contra de la medida mientras que su compañera de bancada, Martha Chávez, defendía el incremento y se presentaba en cuanto programa de televisión podía para exponer su punto de vista.

Ambos, Chávez y Kenji, protagonizaron una discusión en twitter. “Como congresista que trabaja con dedicación y calidad y a la que no le gustan hipocresías insisto en que merezco sueldo no menor al de un ministro”, escribió Chávez. Kenji contestó: “A veces más importante que leer dictámenes es saber leer la indignación del pueblo”.

Chávez contratacó: “Hay mucha demagogia en cuanto a sueldo por parte de quienes ni aparecen en las sesiones, no leen los dictámenes o se van a su casita a las 7pm”.

A partir de ese episodio se ha evidenciado un alejamiento de Kenji con la bancada fujimorista. De hecho, algunos han querido ver como síntoma de lo anterior que los legisladores no hayan salido en bloque a defender al hijo de su líder máximo por el caso de la droga hallada en uno de los almacenes de la empresa Limasa, de la cual Kenji es socio.

Lo cierto es que, más allá de que Kenji busque abrirse trocha en el fujimorismo, la sensación es que por el momento no representa todavía una alternativa a Keiko. Por su lado, el representante por Ucayali, Carlos Tubino, comenta: “El arrastre popular (de Kenji) responde a que es el hijo de Alberto. Todo tiene su tiempo, tiene que madurar”.

Si Kenji no tiene mayor opción, queda claro que Keiko mantendrá el liderazgo indiscutible del fujimorismo por varios años más. A pesar de que eso no le agrade en nada a los ‘albertistas’:  “Le haría bien a la organización tener a alguien del entorno cercano a Alberto liderando el partido, pero lamentablemente si no llevas la etiqueta Fujimori, no triunfas”, sostiene un ‘albertista´. Una frase con sabor a resignación.

Las mujeres detrás del poder

Rosario Enciso

Fue reportera de Panamericana. Luego de cobrar notoriedad durante el régimen fujimorista al ser una de las ‘geishas’ de la televisión que adulaban al ex presidente, se fue a vivir a Estados Unidos. Volvió al Perú para ser asesora principal de Kenji Fujimori.

Ana Herz de Vega

Amiga y asesora personal de la ex candidata presidencial desde cuando era primera Dama. En el 2000 se le asignó 3’430,000 soles para un frustrado encuentro de primeras damas, según indicó la Comisión investigadora  presidida por Anel Townsend, que investigaba la fortuna del exasesor presidencial Vladimiro Montesinos.


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Revista Vela Verde

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