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Aumenta a 510 los muertos por producción textil barata en Bangladesh

Publicado: 2013-05-03

El derrumbe la semana pasada de un complejo textil cercano a Dacca , cuyos talleres producían para importantes marcas extranjeras, supone el mayor siniestro industrial de la historia de Bangladesh. Los servicios de rescate continúan recuperando cadáveres entre el amasijo de escombros en que quedaron las nueve plantas del inmueble, además las autoridades han cerrado otra fábrica cercana que tenía grietas.

Según el último recuento 510 personas han fallecido hasta el momento en la tragedia, mientras que 2.437 han sido rescatadas con vida, un número que ha permanecido inalterado desde el pasado lunes. Además, la comandancia militar bangladeshí ha cifrado los desaparecidos en algo más de un centenar, mientras que familiares de las víctimas citados por medios locales hablan de hasta 400.

El edificio, conocido como Rana Plaza y ubicado en la localidad de Savar, cercana a Dacca, se colapsó el pasado 24 de abril con al menos 3.000 personas en su interior que fueron obligadas a trabajar pese a que la policía había advertido un día antes de la existencia de grietas en las paredes.

El Gobierno destituyó ayer por "negligencia" e "inacción" al alcalde de Savar, Mohamed Refatulá, y la policía ha arrestado por el momento a casi una decena de personas. Entre los detenidos figuran el dueño del inmueble -vinculado a la Liga Awami, partido gobernante en Bangladesh-, varios propietarios de talleres textiles e ingenieros municipales. Un empresario español, David Mayor, que dirigía una de las empresas ubicadas en el edificio, está bajo orden de búsqueda y captura.

No muy lejos del escenario de la tragedia, a apenas 1,5 kilómetros, otra importante fábrica textil en la que trabajan varios miles de empleados fue clausurada ayer por las autoridades debido a que la estructura de la misma presenta varias grietas.

"El edificio debe ser examinado por los técnicos. Ha habido una queja y se ha tomado la precaución", explicó hoy a Efe el superintendente de la policía metropolitana de Dacca, Habibulá Rehmán.

La tragedia de Savar ha puesto en relieve las malas condiciones laborales y de seguridad en que trabajan los empleados de las fábricas textiles en el país, que abastecen a multinacionales occidentales atraídas por la mano de obra más barata del mundo.

Los jeans de Zara, las camisas de El Corte Inglés y los vestidos de Mango o H&M están en cualquier calle comercial de la parte "afortunada" del mundo. Muchos de sus talleres, sin embargo, están a miles de kilométros, en países como Bangladesh o Pakistán, donde las condiciones laborales, de salubridad y seguridad dejan mucho que desear y donde, con mucha frecuencia, tienen lugar accidentes que dejan cientos de muertos y heridos.

Las compañías internacionales Primark, El Corte Inglés, Bon Marché y Joe Fresh han confirmado que tenían producción en alguna de las empresas locales implicadas en el siniestro. Otras como Mango habían hecho pedidos de prueba a los talleres.

Según datos oficiales actuales, la industria textil supone el 78% de las exportaciones del país, representa el 17% de su PIB y emplea a tres millones de personas, la mayoría de ellas, mujeres. Estados Unidos y, sobre todo, Europa son los principales receptores de la ropa que se confecciona en las fábricas bangladeshies. El coste salarial por hora es además el más bajo del mundo, de solo 0,32 centavos. El país no ha ratificado las principales convenciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Según este organismo, en 2011 el país contaba solo con 93 inspectores para casi 25.000 fábricas en todo el país.

La exportación de artículos de punto y ropa confeccionados supuso el 78 % del total de las ventas al exterior de Bangladesh en el ejercicio fiscal 2011-12, unos 19.000 millones de dólares, cuatro veces más que hace una década.

Entre los principales importadores del textil bangladeshí se halla EEUU, a la cabeza, seguido de países europeos como Alemania, Reino Unido y Francia.

La Unión Europea ha anunciado que está considerando emprender "acciones apropiadas" para promover mayor "responsabilidad" en torno a los productos comercializados que se fabrican en países en desarrollo y se plantea incluso cancelar el trato de comercio preferencial con Bangladesh.

Con información de diario.es y Efe


Escrito por

Tamara Lasheras

Politóloga, amante de la música y el buen vino. Buscando formas distintas pero posibles de hacer las cosas.


Publicado en

Redacción mulera

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