Escribe: Noemí Acuña
Fotos: Archivo Asociación Kusi Sonqo  

Este circuito es especial porque, además de emocionar con el verdor de las lomas, une historia. La caminata inicia en la Fortaleza de Campoy, uno de los más importantes centros administrativos del señorío de Ichma que fue construido por el curacazgo de Ruricando. El circuito continúa a través de un camino pre inca hasta el Templo Viejo y Templo Nuevo de Mangomarca, recintos de carácter ceremonial.

En el recorrido se puede apreciar murciélagos, cernícalos, aguiluchos comunes, el chorlito de campo, la lechuza de los arenales que le dieron nombre a una de las rutas, lagartijas comunes y otras especies. Entre la flora que engalana sus caminos están los líquenes blancos, musgos, tabacos silvestres, ortigas, papas de lomas, cactáceas y el casi extinto mito o papaya silvestre. 

Los héroes de la puesta en valor de este circuito ecoturístico, son los alumnos del colegio 0090 Daniel Alcides Carrión y el profesor de Historia y Geografía, Arturo Vásquez Escobar. Ellos fundaron el 2008 la agrupación de Defensores del Patrimonio Cultural y Natural y Orientadores Turísticos – Kusi Sonqo (Alegre Corazón) para promover el turismo y la cultura en su localidad.

Las rutas que se han abierto son el fruto su esfuerzo. A través del curso de Educación Cívica -a cargo del profesor Vásquez-, realizan voluntariados para abrir y limpiar los caminos. 

“Yo soy parte del curso y fue toda una alegría abrir los caminos este año. Aunque, la nota es la recompensa, vamos con todas las ganas de que las rutas mejoren. Nosotros somos fundadores de este circuito y tenemos que cuidarlo y mejorarlo, para que las generaciones futuras no se vean privadas de esto”, comenta Yolanda Illesca, de 15 años de edad, alumna del 4to año de secundaria.

“Cuando uno conoce algo, se siente motivado a cuidarlo y protegerlo. Yo tengo 13 años, he visto desde pequeño cómo mis amigos abrían caminos y explicaban a los visitantes lo bueno de este lugar y sus amenazas. A mí me molesta el tráfico ilegal de terrenos. Muchas casas le están quitando espacio a las lomas, y la buena parte de la huaca ha sido destruida para construir viviendas”, añade indignado, Renato Murillo, estudiante de segundo año de secundaria. 

Primero empezaron con la puesta en valor, luego continuaron con los guiados en la Huaca Fortaleza de Campoy. En el 2009 ampliaron el recorrido a través de un camino preinca por el cerro El Chivo hasta el Templo Nuevo y Templo Viejo de Mangomarca. En el 2010 abrieron la “Ruta de las Lechuzas”, que sumaba al circuito, las lomas de Campoy, Mangomarca y El Sauce.

La ruta más exigente de este circuito ecoturístico es la de “Siete Cumbres” creada en el 2011. Y que llega hasta los 850 metros de altura, entre varios cerros, un reto para los caminantes, que dura entre seis y siete horas. 

Ambas rutas sorprenden porque además de la cultura, diversidad de flora y fauna, también podemos encontrar el pozo de la fertilidad que tiene una piedra de forma fálica que señala al centro de un hoyo, como fertilizando a la Pachamama. También hay un bosque de piedras de granito en el que puede observar “La cara de la momia”, “El Peñón”, “La piedra de los tres huecos”, entre otras formas.

“Desde que iniciamos este proyecto con el profe (Arturo Vásquez) hemos ido tocando puertas. Muchos vecinos y ONGs, se han sumado, muchos han venido una vez y nunca más han regresado. No creen que esto funcione, porque no hay mucha infraestructura. Pero eso buscamos cada día, mejorar. Así hemos avanzado y marcado las rutas. Este lugar tiene naturaleza y cultura. Que el trabajo sea largo para ponerlo en valor, es otra cosa, pero que aquí no hay posibilidades, es mentira”, señala, Kevin de 17 años, otro de los guías de Kusi Sonqo.   

El circuito ecoturístico Huaca Fortaleza de Campoy-Lomas de Mangomarca también forma parte del Proyecto Lomas de Lima de la Municipalidad de Lima, que este año ha invertido en señalización para los tres kilómetros y medio de caminos de las dos rutas de trekking y en capacitación para 24 guías, muchos de ellos alumnos del colegio Daniel Alcides Carrión. Asimismo, ya hay una partida para la recuperación de la Huaca.

Todas las lomas que he visitado tienen un encanto particular, pero aquí el circuito es amplio y los gestores son un caso excepcional, jóvenes entre 12 y 17 años, con un claro ejemplo de que el progreso es tarea de todos. Desde la cima más alta de la ruta de las siete cumbres, la vista de San Juan de Lurigancho es increíble, llegar no es cosa fácil, pero vale la pena. Además el trayecto está acompañado del verdor de las lomas y la algarabía de los pajarillos e insectos típicos de lomas. Y por si fuera poco, surcará caminos y huacas preincas que le contarán la historia de nuestros antepasados. Qué más puede pedir a un suspiro de Lima. Visítela