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Amanecer en las lomas de Amancaes, a un paso de Lima

Si cree que para disfrutar de la naturaleza debe salir de Lima, no es tan cierto. Un equipo de la revista Rumbos recorrió las lomas Amancaes en el Rímac. A 30 minutos de la metrópoli encontró riquezas arqueológicas y naturaleza pura.

Publicado: 2013-10-04

Texto: Isabel Luján
Fotos: I. Luján/ Archivo fotográfico Lomas de Amancaes 

Desde niño conoció la vitalidad de verse rodeado por la biodiversidad de aquellos cerros que en invierno se teñían de verde. Por ello, ahora el joven geógrafo Rubén Caldas García junto a su equipo interdisciplinario de investigación lomas de Amancaes trabaja conjuntamente con la Municipalidad del Rímac –que ya aprobó un presupuesto- en la preservación del maravilloso ecosistema de las lomas de Amancaes.

Él conoce a la perfección el ascenso que se inicia a través del asentamiento humano Horacio Zeballos. Una vez allí el recorrido inicia por unas empinadas escaleras hasta que el caminante se ve rodeado de mitos, taras, cactáceas, ortigas negras, cayhuas, papas y tomates silvestres, hermosas y blancas begonias que crecen gracias a la mágica presencia de la neblina y la humedad que esta traslada. Así de maravillosa es la vegetación silvestre de las lomas.

Pero ¿Cuál es la paradoja que encierra esta loma? 

A pesar del nombre que ostenta esta loma en alusión a su glorioso pasado donde se desarrollaba la festividad de la flor de Amancaes, hoy ha desaparecido del Rímac: el avance gradual de la ciudad la exterminó ¿es este el futuro que le depara en las otras lomas a la bella flor amarilla? La contaminación, el tráfico de terrenos y la falta de conciencia ambiental pueden ayudar a su desaparición.

Sucede que –antiguamente- en la fiesta de San Juan Bautista, una celebración que data desde el siglo XVI, los habitantes de todo Lima participaban en un festival de bailes y viandas. Allí se recolectaban estas bellas flores que crecían de manera silvestre, pero hoy en días sólo forman parte del recuerdo. Dentro de la propuesta del circuito ecoturístico presentado ante el municipio del Rímac destaca la posibilidad de reinsertar esta flor para el disfrute de los visitantes.

A pesar de ello, la belleza de esta loma es impresionante. Desde sus alturas se domina la visión de la ciudad que se aprecia lejana y gris. En ella, la naturaleza vive una verdadera fiesta: el canto de los gorriones, palomas, halcones peregrinos, cernícalos y turtupilines; el caminar rastrero de los gekos, lagartos e insectos. El vuelo de peculiares y coloridos insectos. No puede faltar la presencia de las bellas serpientes cuyas pieles esconden caprichosas figuras geométricas. 

Pues bien, al estar en estas lomas (colindante a los distritos del Rímac, San Juan de Lurigancho e Independencia) notará –al inicio del trayecto- la presencia de unas construcciones de piedra muy semejantes a los andenes. Según el arqueólogo José Luis Fuentes Sadowski (investigador de esta zona) no se descarta que pertenezca a tiempos de culturas prehispánicas y que más tarde fueran reutilizadas.

Asimismo, los caminos han sido trazados por los inquietos pasos de los caminantes del lugar y todo el recorrido puede tardar un aproximado de cinco horas. Todo el tiempo será testigo de las fascinantes formas rocosas que buscan desafiar su imaginación. Por ejemplo está la zona de la “Quebrada de la boca del sapo” en la que destaca un enorme farallón de hasta 20 metros con una abertura que recuerda a la boca del anfibio. 

Al continuar con el ascenso, el paisaje se torna amarillo casi por completo debido a la ortiga negra. Es mejor sólo apreciar su hermosura y no tocarla debido al picor que produce. Advertido está estimado visitante.

El Apu más alto de Lima 

La parte más alta de estas lomas corresponden a los dominios del Apu San Jerónimo. Erróneamente se ha instalado en el imaginario limeño que el cerro más alto que alberga esta ciudad es el San Cristóbal. Ahora, le decimos que no, es el San Jerónimo que llega hasta los 700 msnm, desde donde se aprecia –si el sol es amable- hasta las mismas playas de Chorrillos, La Punta y la isla de San Lorenzo. Una vista rodeada del verdor de la naturaleza.

En esta zona están presentes aún los vestigios arqueológicos (probablemente tumbas o depósitos que son llamadas “cistas”) correspondientes al curacazgo de Amancaes o a la cultura Miramar. Sin embargo, ello poco o nada interesa a los proveedores ilegales de servicio de cable que en la cima del mismo Apu han instalado antenas y motores que perturban a la fauna silvestre del lugar. 

Pero, hay más, aquí también hay lugar para el fervor religioso. Según me cuenta Rubén Caldas, los jesuitas realizan una representación del vía crucis en Semana Santa y llegan hasta la cima del Apu. Como evidencia aún sobreviven algunas escalinatas de piedra que los dirigen hacia el arduo ascenso.

De regreso a la ciudad gris 

Una vez disfrutado del aire puro en la cima, es hora del descenso, este se realiza por la cresta del cerro Arrastre Bajo donde se hallan las escalinatas de una extensión aproximada de 100 metros. Este es uno de los lugares más interesantes dado que alberga una gran extensión de farallones rocosos, que simulan cuevas y caprichosas formas de animales como monos, loros y hasta cráneos humanos. Este sería un estupendo lugar para la práctica de la escalada, pero aún falta estudiar su viabilidad.

La visita es completamente gratuita y es organizada por la subgerencia de Turismo de la Municipalidad del Rímac gracias al trabajo incesante del grupo “Lomas de Amancaes” que tiene como investigadores a Caldas García y Alex Marcelo Carrillo Díaz.

Proyecto para la Recuperación y Uso Sostenible de las lomas de Amancaes  

Fue presentado ante la Municipalidad del Rímac por los investigadores de “Lomas de Amancaes” bajo el asesoramiento Ing. Geógrafo Manuel Arias Espichán y tiene como objetivos:

La caracterización, recuperación y reforestación de las lomas de Amancaes, concientizar a la población sobre los potenciales de la loma, implementar un circuito ecoturístico en las Lomas de Amancaes y finalmente, implementar parches de Amancaes, para la reinserción de la flor en la zona.

Felizmente esta zona ya no es amenazada por los traficantes de terrenos, pero es debido a la altitud de la zona que ya no pudieron avanzar más. Queda claro que no se debe a su buena fe. Ya lo sabe, Amancaes es la loma más cercana de Lima y está expectante a su visita.

Guía del viajero 

¿Cómo llegar?

Desde la Av. Tacna tomar un bus que los lleva hasta el cruce de las avenidas Alcázar con Amancaes: Parque Felipe Pinglo Alva. Este es el punto de reunión cuando la Subgerencia de Turismo organiza salidas.

Contacto

Subgerencia de Turismo de la Municipalidad del Rímac -Antonio Vera Hoss/ 956771720/ turismo@munirimac.gob.pe

Grupo de Investigación Lomas de Amancaes -Rubén Caldas García/ 940205127/ Facebook: https://www.facebook.com/lomasdeamancaes?fref=ts


Escrito por

Revista Rumbos

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Publicado en

REVISTA RUMBOS

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