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Tarma: el verdadero paraíso de las flores

Bautizada como “La Perla de los Andes” por el sabio Antonio Raimondi, es uno de los lugares más hermosos del centro del país donde se combinan flores, andenes, paisajes, arqueología. El edén por donde se lo mire.

Publicado: 2013-10-15

Texto: Iván Reyna Ramos
Fotos: Manuel Rentería Anhuamán 

Dicen que el sabio Antonio Raimondi se encontraba hospedado en la hacienda Santa María, y al amanecer, observó que las plantas espejeaban por las escarchas de la noche anterior, entonces lo bautizó con el nombre de “La Bella Perla de los Andes”. Y no le faltó razón, esta tierra posee un espléndido clima, un límpido cielo azul, exuberante vegetación y sublimes paisajes. Tarma, en realidad, es un cuadro de pinceles y acuarelas.

Antes de salir de la ciudad, atrapan las imponentes construcciones coloniales, muchas de ellas reconstruidas por el Presidente Manuel Odría (1948-55). Y Si no lo sabía, el general Odría es natural de Tarma, y como tal, los tarmeños le guardan celoso respeto. No es para menos. Y casi sin pestañear me encuentro en el mirador de Carhuacatac (a 10 minutos al sur de la ciudad), un excelente punto para engreírse con el celestial paisaje del valle. En este recorrido me acompaña Annie Hidalgo Ortiz, una brillante guía de turismo, quien nos habla que Tarma fue en otros tiempos una inmensa laguna y que los antiguos taramas hablaban el jaqaru y el kawki, dos lenguas que ya no hay rastros por estos predios, pero sí se los reporta en Yauyos, en la sierra limeña. 

Camino Inca

Siguiendo la carretera que conduce a Jauja -a siete kilómetros de la ciudad de Tarma- se encuentra Tarmatambo, un pintoresco pueblito que pertenece al distrito de Huaricolca. Sus casas típicas, sus calles empedradas, y la majestuosidad de su pasado le dan un toque distintivo a este fantástico lugar. Es que llegar a Tarmatambo es transitar por el gran camino inca, el mismo que viene de Quito (Ecuador) y va hasta Tucumán (Argentina).

Los aficionados del trekking han empezado a realizar caminatas siguiendo el camino inca en un recorrido de 11 kilómetros aproximadamente. La caminata empieza en Huasqui a una altura de 3,400 msnm, luego se sube hasta el abra a 3,890 msnm en un recorrido de 5 kilómetros desde donde se tiene una vista fabulosa de la ciudad de Tarma, así como los cultivos de flores del valle de Mullucro. Del abra se baja hasta Tarmatambo en un recorrido de 6 kilómetros. Todo es espectacular. 

Mujeres escogidas

Pero el camino inca no es el único, también este pueblito de fábula cuenta con el Centro Administrativo Inca de Tarmatambo, donde hay plazas ceremoniales, acllahuasi, callanca, suntur huasi, salón de los obrajes, templo de los sacerdotes, pasajes subterráneos y cárceles.

Una de las habitaciones es la más importante. Se le conoce como “Accllana Huarmi Huasi” (Casa de las Mujeres Escogidas). A la luz de la historia, se sabe que los incas eligieron Tarmatambo para levantar un centro administrativo como jurisdicción del Tawantinsuyo. La prueba está a la vista, sus recintos se ubican de acuerdo a la salida y ocultamiento del sol, siempre de este a oeste. Si bien la plaza principal está al aire libre y los pobladores la usan como cancha de fútbol, pero llegado el 24 de junio, todo forma parte de la escenificación del ritual al Taita Inti (Padre Sol). Se trata de una zona perfectamente planificada. Todo está levantado en base a piedra y barro. 

El lugar es acogedor, se siente la energía vital, y es que a un paso del camino inca se levantan 25 colcas. En otros tiempos, estos graneros que presentan abrigos bioclimáticos fueron propicios para la conservación de la papa, el maíz, las semillas y otros alimentos de los antiguos taramas. Annie nos comenta de las dos únicas colcas que hace poco fueron restauradas, pero que aún hay mucho por trabajar en Tarmatambo. Y no le falta razón.

Valle de las flores 

En la época preinca, los taramas (así se llamaban los tarmeños de otros tiempos) fueron expertos agricultores, ellos construyeron una asombrosa red de andenes sobre las faldas de los cerros. Más tarde, los incas mejoraron el sistema agrícola, siempre basado en los andenes ancestrales. Hoy los lugares que cuentan con estos patrones agrícolas son Huanuquillo, Vitoc, Cinta Verde, Carhuacatac, Ingenio, Huanchán, Rómate y la zona arqueológica de Tarmatambo. Ya han pasado más de 500 años y los andenes siguen evitando la erosión, mantienen la humedad del suelo y mejoran el aprovechamiento del agua mediante el sistema de filtración. Preciso para estos tiempos de cambio climático.

Y como los andenes siguen funcionando -algo así como unos vasos comunicantes y red de canales de irrigación- los tarmeños de hoy siguen ostentando el bien ganado nombre de agricultores en potencia. En sus andenes cultivan verduras, hortalizas y flores. El valle luce verde por la lechuga, la col, la coliflor, la espinaca, las habas, las betarragas, el maíz, la quinua, la cebada, el trigo, la alverja y la alfalfa. Sólo en los predios de Huasahuasi se cultivan 100 variedades de papas nativas. No es nada poco. 

En las andenerías de Chuchupampa (en español la Pampa de los Senos), en el sector de Mullucro y en la hacienda Santa María se cultivan las más finas flores que le han dado renombre a la provincia de Tarma. Los floricultores han sabido aprovechar las bondades de los pisos ecológicos y el excelente clima para especializarse en las frágiles especies.

De lejos y de cerca el paisaje es simplemente excepcional. Es un paraíso. El espectáculo de los colores y las fragancias no parecen de este mundo. Los andenes están cubiertos por un manto de flores como el alhelí, la ilusión, el delirio, la Iris, los pompos, la lluvia, el gladiolo, el clavel, el clavel chino, las rosas, la flor del botón, la cresta de gallo, entre tantas otras celestiales ternuras que nos llenan de vitalidad y esperanza. La mayor parte de esta delicada producción natural se va al mercado limeño. 

Antes de despedirnos, le recomendamos el Hotel Los Portales, donde la comodidad se combina con un edén de flores propias del placentero hospedaje. Unos quesos, manjar blanco, miel de abeja y muchas flores son suficientes para regresar cargados de energía y felicidad. Tarma es un destino al que siempre hay que volver.

GUÍA DEL VIAJERO 

¿Cómo llegar?

Se llega a Tarma a través de la Carretera Central. Atraviesa ciudades importantes como Chosica, Surco, Matucana y San Mateo de Huanchor, ascendiendo hasta máxima altura de Ticlio (4815 msnm) para luego descender hasta La Oroya donde la Carretera Central se bifurca en dos grandes vías: hacia el noreste se va a Tarma y hacia el sur se dirige a Jauja. Los últimos 30km para llegar a Tarma se recorre un serpentín de curvas muy cerradas, ingresando a un profundo e impresionante valle rodeado por cerros y grandes suelos con cultivos de flores. 8 horas de viaje.

Contacto

Annie Hidalgo, guía de turismo de la agencia de viaje Max Aventura, Jr. 2 de Mayo, Tarma. Tel. 964638750.



Escrito por

Revista Rumbos

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Publicado en

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