#ElPerúQueQueremos

Fotografía de claudia alva

Mariconíxima renace en cabrísimo ritual

De cómo enterramos a la Virgen Santísima de todas las Cabras, Giuseppe Campuzano

Everywhere I go you know I'd like you all to know That I'm the one for having fun, just send the bad times on the run To move around to the softest sound, ecstatic dancing all around I'm on the town, I'll give you hell, if you don't put me in my cell.

'Memorabilia', Soft Cell

Publicado: 2013-11-12

Cuando era pequeña me costaba encontrar palabras con las que hablar de mí misma. 'Homosexual' era un término médico y ajeno, y yo no conocía mujeres que viviesen lejos de la heterosexualidad. Lo que sí entendí siempre es que era un maricón y me encantaba la mariconada, y desde siempre nos acercamos, por instinto, Germain y yo. Germain es el hermano de mi padre, pero más allá de eso, es y siempre ha sido mi hada madrina. Mediante nuestros juegos infinitos conocí el travestismo, el arte, la danza, el movimiento, la libertad y la creatividad... y por supuesto, a su compañero e íntima amiga de toda la vida, Giuseppe Campuzano. Y mediante él, nuestra historia. 

germain, giuseppe y yo. fotografia de claudia alva


Es entonces que llega a mí el Museo Travesti del Perú, en su bolsita colorida, y que comienzo a entender todas esas preguntas que mis profesoras de historia jamás pudieron responderme. ¿Dónde quedamos las mujeres? ¿Dónde quedamos las personas que no encajamos en el binario de género? ¿Dónde estamos quienes amamos a las personas de nuestro mismo sexo? ¿Dónde estamos las malcriadas, las putas, las malas? Giuseppe alimentó mi deseo por buscarme, buscarnos en la historia. Encontrarnos y celebrarnos, no desde el dolor, sino más bien desde la celebración de la vida. Escarchas, tacones, vestidos, coloretes: alegría.


Transgresiones en miles de colores que venían con esperanza y libertad, con ímpetu de ser aunque nos negaran. Entendí que el linaje y la historia, que se han construido siempre heterocentrados, podían tener otra lectura. Que yo tenía una familia y antepasados que no venían de esta sangre que se transmitía por la vieja vía reproductiva, sino más bien que personas como nosotrxs formamos familias por lazos de sangre que lejos de ser pura, es impura e infecta, y he ahí su potencial para subvertir todas las ideas que nos fuerzan a ser limpias, inmaculadas y perfectas.


Me cuenta mi tío que en una de sus conversaciones, Giuseppe le dice "Oye, la Malú se viste como nos vestíamos nosotros, ¿no?". Germain se ríe y asienta. Giuseppe levanta la mirada y le dice "Como puta." Nos reímos como locas, o sea, como siempre. Me quedo contentísima sabiendo que mis héroes se reconocen en mí, así como yo en ellos desde que tengo memoria.


En nuestra última conversación, Giuseppe me dijo que en ningún momento había sido su objetivo reivindicar al travesti. Que reivindicar es colonizar, porque implica rescatar las 'cosas buenas', hablar de 'señoritas travestis'. Todo esto de la dignidad que nos vienen hablando los últimos meses. ¿Por qué querríamos ser dignas a estas alturas del partido, cuando toda la vida nos hemos divertido más encontrandonos en las calles, en las revueltas, en las travesuras y las transgresiones? No, me decía Giuseppe, "yo quiero mostrar lo monstruoso". Ahí está el potencial radical. Lo bonito es fácil.


carné. museo travesti del perú.


"A nosotros nos encantaba la noche, y salíamos todos los días del fin de semana. Pasada la medianoche por supuesto, vampirísimas. Nuestra diversión era alistarnos, travestirnos para salir. Esa era la verdadera fiesta. Y la idea era no ser siempre la misma, sino una distinta. Frente al espejo, Giuseppe moría todas las noches para invocar a otra y prestarle su cuerpo. En el espejo se transmutaba y salía siendo otra, muchas", dice mi amado Germain mientras tomamos té, divirtiéndonos con historias de Los Clones, como los llamaban cuando irrumpían en la escena under él, Giuseppe y Eduardo La Duda Bermejo.


de izq a der: eduardo, susana, giuseppe y germain en parafernalia


giuseppe travistiendose frente al espejo


El sábado en el velorio de Giuseppe ocurrió una vez más, pero ahora nos tocó a quienes quedamos esperar a que pase la medianoche y arrodillarnos frente a su féretro, con colorete en una mano y espejo en la otra. Germain había bajado del cuarto de Giuseppe un espejito de mano, y Susana Torres trajo otro espejito (ese con amplificador, por supuesto), para pintarnos con la precisión que requería la ocasión. Una por una, sus amigas maricas le rendimos homenaje pintándonos los labios en su espejo, compartiendo colorete como los católicos comparten la ostia, dejándole un beso sobre una mantita blanca que con amor le dejó Rosita Chávez. Lo velamos en su casa, donde coexistieron de forma muy hermosa la cruz que colocó la familia, y los elementos del Museo Travesti que lo representaban a él. Estaba su DNI inmenso y rosadísimo en el espacio, al lado de las flores (algunas blancas y también muchas de colores). Al centro de la sala, donde había estado antes la imagen de Jesús, ahora estaba Giuseppe como la Virgen de las Rocas, en todo su esplendor dorado.

fotografia de miguel lopez


El domingo enterramos su cuerpo haciéndole saber que siempre le prestaríamos el nuestro, para que vuelva siempre, así como el prestó el suyo a tantas divas, tantas noches. Germain llamó antes a Gladys, su hermana, para contarle que quería travestirse como Giuseppe con la ropa que utilizó para la última performance que hicieron juntos, 'Línea de Vida' o 'Las Dos Fridas'. Ella le respondió "Ay Germain, ¡Giuseppe y tú han hecho toda la vida lo que les ha dado la gana, y ahora me vas a pedir permiso!"


Minutos después escuchamos que llegó la banda, tocando "A quién le importa" de Alaska, un hito de la música de ambiente, seguida por el huayno "Que linda flor". Ese era Giuseppe, pues. Marica y andino, porque es posible serlo al mismo tiempo. Y una vez más, paró el tráfico, pues salimos todos los amigos y la familia a bailar a la calle, arrojando flores y pétalos de colores con una hermosa comparsa en pasacalle, Germain travestido de Giuseppe al frente del féretro que llevaba su cuerpo. Bailamos todas, bailamos mucho, zapateamos un montón. Nos reímos, sonreímos, lloramos, volvimos a sonreír porque las vecinas se asomaban por la ventana y salían de sus casas para ver qué sucedía. Sucedía lo que siempre ha sucedido: Giuseppe reinaba. Y se fue su cuerpo, ya cansado y adolorido, para tomar ahora el nuestro.


fotografia de miguel lopez


Cuando llegamos al cementerio, el sacerdote hizo un rito breve y se fue. Muchas personas levantaron la voz para hablar. La familia y los amigos compartieron sentires e historias y todxs concordaban en que Giuseppe fue inmensamente feliz, e inmensamente inteligente y divertido. Nos dejó un trabajo excepcional, que nos ha alimentado de fuerza y raíces a tantas maricas y machonas que nos buscamos en la historia. Germain le dejó su cara, marcada en un pañuelo por el colorete y el delineador, y sus pestañísimas para que como la verónica pueda volver cuando las brujas la invoquemos desde la fantasía para traerla a la realidad.


Porque Giuseppe volverá

y será millones.

fotografia de miguel lopez



Escrito por

Malú Machuca Rose

socióloga feminista queer pansexual y poliamorosa improvisadora artista y guerrera


Publicado en