Francia sale a las calles contra la denominada "deriva racista" en el país. Bajo lemas como "Basta de racismo" o "¿De qué color es tu corazón?", la protesta convocada por casi un centenar de asociaciones humanitarias y confederaciones sindicales, reunió a unas 25,000 personas en París, según cifras de los organizadores.

El rumbo que está tomando el país resulta preocupante. Los ataque e insultos dirigidos contra la ministra de Justicia, Christiane Taubira, la única de raza negra del Ejecutivo, prendieron la llama de una población indignada ante los avances del racismo. Turiba, responsable de la ley que autoriza el matrimonio homosexual, fue comparada hace dos meses con un mono en la página de Facebook de una candidata del ultraderechista Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen .

Y es que los datos causan escalofríos. El FN es, en este momento y por primera vez, el primer partido de Francia en intención de voto para las elecciones europeas de mayo de 2014.  Así, un reciente sondeo de IFOP para la revista Le Nouvel Observateur, señala que la formación de extrema derecha conseguiría el 24% de los votos.

Este nuevo escenario podría explicar los movimientos realizados por los principales partidos en los últimos meses. Si Manuel Valls, ministro del Interior, afirmó que los gitanos europeos “no quieren integrarse”, tampoco se quedó corto al señalar que Francia se opondrá a la entrada de Bulgaria y Rumanía en el espacio Schengen. Y, a pesar de la enorme polémica que ha generado este hecho, -alentar el miedo a un colectivo débil y precario que cuenta con 20,000 romaníes en Francia siendo niños la mitad-, el presidente, François Hollande no se ha pronunciado al respecto.

Sin embargo, el vicepresidente de la LDH, Vincent Réberioux, recuerda que esta situación no es cosa nueva: se ha gestado desde hace años y crece con la crisis económica. "Comenzó con el presidente Nicolas Sarkozy en 2010, al designar a los gitanos como responsables de la delincuencia. Actualmente es más complicado, pero cuando François Hollande, la mayor autoridad moral, no dice nada contra las agresiones a su ministra, ¿adónde hemos llegado?", indicó a Efe. 

Las cifras hablan por sí solas. El antisemitismo aumento un 58% en el país entre 2011 y 2012 y el racismo antimusulmán avanzó un 30% en ese mismo periodo. Es más,  siete de cada diez franceses consideraba que había en Francia demasiados inmigrantes en 2012, según datos de LICRA.

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