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El Cartel de Sinaloa en el Perú. Escenarios post captura del "chapo" Guzmán.

Jaime Antezana Rivera.

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Publicado: 2014-02-26

Los carteles mexicanos llegaron al Perú a fines de 1999 e inicios del 2000 (1). Desde esos años hasta el 2004, el cartel de Tijuana era el más poderoso: era el principal comprador de la cocaína peruana en los puertos marítimos, principalmente en los puertos norteños (Chimbote, Paita, etc.) y exportador a Europa y, una parte, a los EEUU. La llegada de los carteles mexicanos, después de varios años del retiro de los carteles colombianos, se debió a la emergencia de los nuevos mercados de la cocaína: Europa, Asia y América Latina.

Tras el golpe a los hermanos Arellano en México, ocurrido el año 2004, el cartel de Sinaloa se convierte en el cartel más poderoso: paso a ser el principal comprador de la cocaína en los puertos del norte y de sur del litoral peruano y la exportación, principalmente, a Europa, Asia y parte de América Latina (con excepción de Brasil). Ergo: desde el año 2005 hasta hace muy poco, el cartel de Sinaloa era el principal comprador y exportador de la cocaína peruana por los puertos marítimos.

Entre el 2005 hasta el 2008 era el cartel hegemónico, pero no monopólico. No impedía que demás carteles mexicanos -entre ellos Tijuana- operaran en el litoral peruano. No había conflictos y disputas con los demás carteles. Esa hegemonía fue total en el lapso del 2005-2008. Fue el lapso que sus operaciones fueron muy intensas en el litoral y más allá del litoral. Es más, los carteles mexicanos (no solo Sinaloa) llegaron a controlar el 60% de la producción de cocaína y el 40% se iba por las fronteras con el Ecuador, Brasil y Bolivia.

Las operaciones del cartel de Sinaloa en el Perú prosiguieron intensamente hasta hace poco en el litoral norte y sur de nuestro país. Incluso, se habló de la presencia de bandas de este cartel en Piura y que sus "financistas" operaban en Bolivia (aunque después Evo Morales lo negara). No se llegó a comprobar que esas bandas actuaban públicamente, más allá de acopiar cocaína y llevársela. De esa manera, Sinaloa se consolidaba como el cartel más importante a nivel mundial y el nombre del "chapo" Guzmán se hizo popular en estos lares.

Sin embargo, cabe destacar que entre los años 2007 y 2008 va a aparecer la influencia del ascenso de un nuevo y poderoso cartel: el Primer Comando Capital (PCC) de Brasil. Su aparición e influencia provoco el cambio del rumbo de importantes cantidades de cocaína del VRAEM, Puno, Loreto y Ucayali hacia ese país. No solo eso. La influencia del PCC se incrementó: entre el año 2010 hasta el 2013, la mayoría de la cocaína de estas zonas era comprado por este cartel. La demanda interna de la cocaina y ser ruta de esta a Europa, están a la base de este cambio.

Las cargas de cocaína se trasladaban por el corredor del Bajo Urubamba-Atalaya y Loreto y por la frontera con Bolivia. Ósea, por vía fluvial y terrestre. Y, con más fuerza desde el 2011 hasta el 2013, optaron por utilizar la vía aérea: avionetas colombianas, bolivianas y, en menor proporción, brasileñas llevaban las cargas de cocaína desde pistas clandestinas de Pichis-Palcazu, VRAE, Puno, Ucayali y Loreto. Pichis-Palcazu fue la principal zona de exportación aérea a Bolivia y, después, a Brasil. Tenía más de 50 pistas.

Corolario: si entre el 2000 hasta el 2008, la mayoría de la cocaína que se producía en el Perú iba a los puertos marítimos (60%), entre el 2008 al 2013 esa cifra se habría invertido: el 60% se va por la frontera o Bolivia al Brasil, sea por vía fluvial o con narcoavionetas y el 40% por vía marítima. Es en medio de esta reorientación del destino de la mayoría de la cocaína peruana hacia el Brasil, que se produce la captura del "chapo" Guzmán, jefe del cartel más poderoso del mundo, el domingo 23 de febrero pasado.

¿Qué escenarios se abren tras la captura del "chapo" Guzmán, jefe del cartel de Sinaloa? Lo primero que ocurrirá -por ser un golpe en la testa de esta multinacional de la cocaína- es una paralización y retracción de las operaciones de compra de cocaína en el Perú. Es imposible que estas se mantengan activas. Cuanto dure la paralización y retracción de sus operaciones comerciales, dependerá de la recomposición interna del cartel de Sinaloa. Eso, según todos los medios, está en curso.

Lo segundo que puede ocurrir es que el cartel el PCC brasileño pase a comprar la parte de cocaína que adquiría el cartel de Sinaloa, como -en cierto modo- estaba ocurriendo desde el 2008 hasta la actualidad. Así, sin mediar pugnas y enfrentamientos entre estos dos carteles, el PCC se convertiría en -sin duda alguna- el mayor comprador de la cocaína peruana. El PCC cubriría el vació dejado por Sinaloa. Eso, sin embargo, no quiere decir que otros carteles mexicanos continúan operando en el litoral.

En tercer lugar, otra posibilidad es que el cartel de Tijuana vuelva a tener el control de la distribución de la cocaína en los puertos marítimos y la exportación a Europa y EEUU, como lo tuvo entre el 2000 hasta el 2004. Eso implicaría una reconfiguración inter-cárteles mexicanos. Lo que si tenemos que descartar es que el cartel de Sinaloa desaparezca del Perú y de las demás zonas donde opera. Lo sí puede provocar la captura de su jefe es –en el mediano y largo plazo- una reconfiguración del narcotráfico en México e internacional.

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1. Los carteles mexicanos tuvieron una fugaz presencia en el Perú a mediados de los 90. Tras el fin del boom de la coca y PBC se retiraron.


Escrito por

Jaime Antezana

Investigador.


Publicado en

Blog de Jaime Antezana

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