¿Un nuevo Chile para Bachelet?
Tras su anterior mandato, la sociedad civil está más empoderada y la economía chilena -aunque vigorosa- ya no da la hora como antes. ¿Tendrá éxito en aplicar sus reformas?
Michelle Bachelet volvió hoy a La Moneda. En una emotiva ceremonia juramentó para tomar nuevamente las manijas de Chile y poner en práctica lo anunciado: cumplir 50 compromisos en sus primeros 100 días, entre ellas, presentar al Congreso las reformas educativa y tributaria, así como las bases del cambio a la Constitución (que es herencia de la dictadura de Augusto Pinochet). Tres temas que fueron su caballo de batalla durante la campaña electoral.
Terminar con la privatización del sistema educativo. “La educación como simple producto del mercado es el símbolo de la situación que actualmente vive el país, donde nada pertenece al Estado y donde es el libre comercio el que pone precio a todo, incluso a lo más básico como la sanidad, la educación, el agua o la electricidad”, ha dicho.
Bachelet ha asegurado la gratuidad a nivel universitario y acabar con el lucro en los colegios que reciben subvención estatal. Ha ofrecido una reforma educacional que debe ser la piedra angular del cambio del crecimiento con equidad a la equidad con crecimiento. De esta manera recoge los reclamos de estudiantes que exigen educación pública gratuita y de calidad. Pero deberá tener en cuenta que el movimiento estudiantil no sólo demanda reformas, sino también participar de la elaboración de nuevas propuestas.
La Moneda es la misma, Chile no
¿Qué país encuentra la presidenta? De hecho es diferente al que dejó en marzo del 2010. Su sucesor, Sebastián Piñera, sufrió la presión de la ciudadanía en las calles, las cuales se convirtieron en escenario del debate político y descontento chileno. Así, Bachelet encontrará una sociedad civil más empoderada. La ciudadanía percibe que su sistema político no resuelve los problemas de la gente común, y, por ende, que no atiende las demandas sociales. Aunque confía en la presidenta, recientes sondeos reflejan que hay duda sobre la ejecución de las reformas ofrecidas.
Si bien su agrupación centroizquierdista, Nueva Mayoría, es considerada -por su naturaleza- cercana a la problemática social, todo indica que no bastará para calmar la insatisfacción social. Seguramente habrá una tregua, pero no se descarta que habrá presión de los gobiernos regionales, de los indígenas mapuches, los profesores, sindicatos, entre otros actores sociales.
Bachelet tampoco es la misma. Más allá del cambio de la Concertación a la Nueva Mayoría, que incorpora al Partido Comunista, lo que importa son las prioridades del programa de gobierno y la composición de los equipos de colaboradores. Para ello, Bachelet ha designado equipos que, en su mayoría, significan una renovación de los cuadros dirigentes.
La economía chilena también ha cambiado. La actividad económica se ha enfriado. Chile no está tan de moda en estos tiempos en los mercados de los capitales. Bachelet deberá bregar para recuperar el dinamismo, y hay la certeza de que -al haber ya gobernado un país con crecimiento económico- no descuidará este aspecto y que implementará reformas estructurales que busquen dinamizar la economía.
Lo que sí será debatible -por la oposición anunciada durante la campaña presidencial- será su planteamiento de una profunda reforma tributaria. Los analistas chilenos aseguran que la incertidumbre por la falta de consenso entre los propios políticos hasta que se resuelva cuál será la nueva estructura tributaria del país será el principal escollo de este año.
Cabe agregar que la reforma tributaria es el medio para poder financiar la reforma educacional. Y ahí es donde las cosas se dificultan. ¿Tiene sentido una sin la otra? "El fundamento tras la reforma tributaria siempre fue recaudar fondos para reinvertirlos en educación. Si no tiene los votos para la reforma educacional, Bachelet va a ser muy criticada por hacer la tributaria. Si hace una, tiene que hacer la otra; es un pack, un dos por uno", subraya Kenneth Bunker, investigador del Observatorio Electoral del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales.
¿Será Bachelet capaz de lograr el consenso? ¿Tendrá éxito en implementar sus reformas? No la tendrá fácil, pero será fundamental que logre alianzas en las cámaras legislativas.
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