Hoy, la conductora televisiva Laura Bozzo anunció su próximo retorno a las pantallas peruanas. No especifica detalles, pero asegura que los televidentes "se caerán de espaldas" cuando los conozcan.

No le va a ser fácil. Entre una cosa y otra (y sin contar los noticieros), la televisión peruana abunda en programas e imágenes que nos dejan con la boca abierta, con "sorpresas" que van de desagradables para abajo.

Bozzo, que ya en el pasado nos ha hecho "caer de espaldas" con sus apariciones televisivas, viene a competir con más de un alumno aplicado de su estilo y su sinuosidad política (su peculiar relación, digamos, con la verdad y su valor). Y también con manifestaciones de racismo y prejuicios de clase que quizá superen a las suyas, y que quizá sean incluso más malamente populacheras de lo que ella nunca consiguió ser.

Y eso que lo suyo es, por decirlo de algún modo, extraordinario:

Quizás haciéndose una camita para su anuncio de hoy, Bozzo intervino hace poco en las polémicas sobre el contenido televisivo en el Perú, sumándose a las denuncias de racismo lanzadas contra Johanna San Miguel (hay que anotar que Bozzo está haciendo su anuncio vía Panamerciana; San Miguel trabaja para la competencia). 

En realidad, Bozzo viene intentando mantenerse en el candelero a través de rencillas, polémicas y manotazos con otras personalidades de la farándula desde hace bastante tiempo; esa ha sido, en los últimos años, su estrategia más usual en México, donde reside y trabaja. Y donde muy pocos la quieren. 

O sea, esperamos para pronto nuevas "polémicas" de su parte. Lo que no esperamos son los detalles que anuncia para pronto. En el caso de esta "conductora", los detalles son lo que menos importa. Basta el anuncio de la posibilidad de su regreso para espantarnos.