Los chamba (en el 1 de mayo)
Los chamba son millones. Sin regulación y con sueños en un capitalismo provinciano en Lima que sustentan, sufren y en el que progresan.
Los trabajadores chamba están en todo sitio, en todas las clases sociales, en las Limas, en los barrios, en el campo. Son los que trabajan indesmayablemente en todo momento; muchas veces más de 8, 10, 12 horas. La mayoría de ellos sin seguro social, sin contrato, lejos de toda regulación.
Es parte de nuestra propia informalidad: tan loada, criticada, irresoluta, mágica y salvaje en el transporte y en muchas otras esferas. Se capacitan cuando pueden, y si pueden, a bajo costo y ello ayuda. Por eso los institutos se extienden: los más pobres, los apurados, los de menú rápido, es decir, el 70% de los peruanos se capacita ahí. Pero cuidado, solo el 30% de limeños mayores de 18 años estudia o estudiará.
Generalmente, el 1 de mayo es recordado por sindicatos y líderes de trabajadores y el mundo oficial celebra el Día del Trabajo. Acá son 5 millones los trabajadores independientes (no profesionales), que se forjan todos los días en la sobrevivencia, en la acumulación desordenada, en el capitalismo provinciano en Lima y fuera de ella, en los unicachis y o en los malls más modernos. Sudan y corren, sin horarios, al destajo, con recibo y acuerdos verbales.
Este feriado es para formales y, en muchos casos, cada feriado es menos ingresos para los chamba, que no paran en las microempresas donde trabaja casi el 70% de los trabajadores. Es una fuerza de sobrevivencia y progreso que está distante de los sindicatos, que cada día expresan menos y representan mucho menos.
La gran mayoría de los trabajadores de hoy sabe que el 1 de mayo es el Día del Trabajo, pero ese día la mayoría sigue trabajando y no evocan la odisea de los Mártires de Chicago (que antes se contaba en los colegios o partidos).
Pero ese gigantesco trabajo informal y formal (que crece a la mitad de lo que creía hace 3 años) requiere dignidad. Sí, hay que formalizarlos y como dice la OIT se requiere un nuevo impulso y novedosas herramientas. Pero primero reconozcamos que existen, sienten y sustentan nuestro crecimiento. Son millones de trabajadores y trabajadores que no paran. Son los chamba que sueñan menos por trabajar más, pero no dejan de soñar. Aun en la combi que corre de retorno al hogar. Feliz día a los chamberos del Perú.
(Publicado el 1 de mayo en Exitosa Diario)