Polémica por Concurso para el diseño del Nuevo Museo Nacional
Desde el anuncio de su construcción hasta la publicación de las bases, parece que los reclamos tienen para rato.
ADVERTENCIA: Dada la magnitud y repercusión del asunto, es muy probable que el contenido de esta publicación aumente en los próximos días (o conforme pasen las horas).
Cuando la Ministra de Cultura Diana Álvarez Calderón anunció hace unos días la convocatoria para el diseño arquitectónico del Museo Nacional del Perú (proyectado a construirse en el Santuario de Pachacamac en Lurín), probablemente muchos hayan aplaudido la iniciativa (que hasta hace unos meses iba a ser encargada directamente a terceros). Sin embargo, cuando salió a la luz la Resolución con las bases del concurso, los reclamos por una serie de polémicas indicaciones afloraron inmediatamente (incluso algunos ya se han vuelto virales en las redes sociales). ¿Qué reclaman los arquitectos involucrados y afectados? Para poder saberlo haremos un análisis de esta historia que, esperemos, tenga un final feliz.
1. El Anuncio del Gobierno:
A fines del año 2013 la Ministra de Cultura Diana Álvarez Calderón anunció a través de una entrevista con el diario El Comercio (y entre otras banalidades que no vienen al caso), el deseo del Ejecutivo por construir un GRAN Museo Arqueológico en Pachacamac. Según lo que se puede leer, este proyecto sería el estandarte del actual Gobierno en lo que a gestión cultural se refiere. Aquí el extracto de la nota:
2. La Carta de Cooper:
Meses después, un grupo de arquitectos liderados por Frederick Cooper Llosa, decano de la Facultad de Arquitectura de la PUCP, pusieron en circulación una carta pública dirigida a las autoridades del Ejecutivo, y en la cual se denunciaba la realización del mencionado proyecto por encargo directo (es decir, sin un concurso público previo) para la aceleración de su construcción antes de que concluya el mandato del Presidente Ollanta Humala. Además, dicha carta exigía la adjudicación del proyecto del futuro Museo Nacional "a través de un concurso público con participación de jurados irreprochables y de la más alta competencia”.
La respuesta del gobierno no se hizo esperar, y a mediados de mayo fuentes del Ministerio de Cultura dijeron que ni el diseño ni la obra han sido definidos y que, si bien para la construcción debe haber una licitación “no hay una base legal que exija hacer lo mismo con el diseño”. Por ende todo parecía indicar que el Museo se haría a dedo sí o sí, hasta que semanas después un anuncio lo cambiaría todo.
3. Se Lanza el Concurso:
Al parecer el reclamo tuvo bastante peso entre las autoridades, ya que para fines de mayo (aproximadamente un mes después de la publicación de la Carta mencionada) la Ministra Álvarez Calderón anunció en conferencia de prensa y acompañada de personalidades como Enrique Arispe Chávez (decano del Colegio de Arquitectos del Perú) la convocatoria para el diseño arquitectónico del Museo Nacional del Perú. Entre otras cosas precisó que las bases del concurso se publicarían el viernes 30 de mayo (al día siguiente de la conferencia), que un jurado de arquitectos de alto nivel se encargará de evaluar y seleccionar los trabajos, e invitó a los arquitectos colegiados en el Perú a presentar sus propuestas a lo largo de un mes.
Según la ministra, esta convocatoria se hará debido a la importancia del recinto, mas no por el reclamo que Cooper y compañía hicieron en su Carta (algo poco creíble teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente). De cualquier forma, las bases se publicaron al día siguiente, y a partir de ahí el escándalo reinició.
4. La Indignación:
Seguramente muchos arquitectos estaban muy entusiasmados con el anuncio anterior, ya sea iniciando los trabajos para el proyecto o pensando en los premios que recibirían de ganar el concurso. Sin embargo la lectura de las bases les debió caer a muchos como una cachetada, pues en ellas no solo se menciona un “Reconocimiento Público” (lo cual hace dudar de un beneficio económico por el logro), sino que además se lee claramente que la convocatoria es exclusivamente para arquitectos con colegiatura no menor de 10 años (limitando a los participantes de forma considerable).
Por ello las quejas no se hicieron esperar, y las redes sociales no fueron ajenas a ello. Por ejemplo uno de los reclamos que más han circulado ha sido el del arquitecto Rafael Ríos, quien a través de su cuenta en Facebook expuso extensamente su malestar por saber que, pese a su trayectoria, ni siquiera va a poder participar, además de invocar al Colegio de Arquitectos y al Ministerio de Cultura a que resuelvan “está incómoda situación que ellos mismo han generado”.
Entre otras cosas también dice: "Si se asume que esos diez años te dan la experiencia suficiente recién para ser apto, entonces ¿Quién de los arquitectos aptos ha diseñado un Museo Nacional Antes?, la edad o el tiempo de colegiatura, no te da más o menos experiencia para enfrentar ciertos programas o encargos, un arquitecto de ochenta años puede ser completamente ignorante frente a un encargo que recibido por primera vez."
Otro arquitecto que se unió a las críticas fue José Bentín (autor de importantes obras públicas durante el segundo gobierno de García), quien según la cuenta de Bitácora Arquitectura Peruana si bien minimizó la condición de los 10 años de colegiatura, se mostró indignado por el hecho de que un trabajo tan complejo no reciba gratificación alguna, además de sugerir a sus colegas que no participen a modo de protesta.
Como podemos ver, son muchas las razones por las cuales las bases de esta convocatoria seguirán generando malestar entre muchos arquitectos en el transcurrir de los días; y teniendo en cuenta que el Colegio de Arquitectos del Perú ha aceptado estas condiciones por medio de su decano, las cosas ahora sí se ven poco transigentes.
¿Hará caso a los reclamos el Ministerio de Cultura y cambiará las bases? ¿El Colegio de Arquitectos se pronunciará al respecto? ¿Cooper y compañía (o algún otro) volverán a recolectar firmas? Como dije en un inicio: esperemos que esto tenga un final feliz.