"La Otra familia" es la vida misma. Es la manera como son las cosas en el mundo social que habitamos hoy en día. No se necesita ser tan expresivo para demostrar la homosexualidad y en eso está reflejado el papel de cada uno de los protagonistas de la historia. Yo no me di cuenta, hasta muy avanzada la historia, que Ana Serradilla interpretaba a una lesbiana. Su personaje de Ivana es el de una chica que mantiene una relación amorosa con Gloria. En realidad ella es la que causa todo el alboroto de la historia. Una vecina de Ivana, llamada Nina, es  adicta a las drogas. Ella tiene un hijo de 8 años llamado Hendrix, quien tiene que sobrevivir al despreocupado estilo de vida que tiene su madre. 

Esta es razón por mas que suficiente para que Ivana meta su cuchara y rescate a Hendrix del infierno en donde vivía. Al saber que no puede tenerlo en su casa, decide llevarlo a la casa de sus amigos gays Jean Paul y Chema, quienes recién acaban de casarse y viven juntos en una casa con todas las comodidades del caso.

Es aquí en donde se plantea un montón de cosas. Desde si es moral o no que una pareja de gays críe a un hijo que no es de ellos, que una madre drogadicta tenga que hacerse cargo de su hijo o que se tenga que llegar al extremo de secuestrar a un niño para que pueda vivir una infancia como la de cualquier otro niño.

El director simplemente expone las alternativas y la manera como la ve cada una de las partes. La forma tan prejuiciosa que la sociedad califica a este tipo de convivencias homosexuales, al punto de creer que es perjudicial para un niño el hecho de vivir con ellos. Es aquí en donde la película me terminó por agradar. No te pone un caso muy maquillado o muy extravagante. Es un caso que puede darse en la vida real. Se representa a una pareja gay común y real, que no necesita tener fachas femeninas o actitudes de tal, para personificar a una persona homosexual. Igual sucede con la pareja conformada por Ivana y Gloria, quienes no necesitan ser "machonas" para personificar a lesbianas. 

"La otra familia" solo nos muestra que todos somos iguales pese a la condición sexual que cada uno ejerza. Mi punto de vista no puede ser igual para todos, pero sí creo que los homosexuales son seres iguales a los hetero, y varias parejas merecen tener un niño en su familia (porque los considero una familia) y dejar de lado los estúpidos prejuicios sociales que les impiden formar o constituir una familia (valga la redundancia).

El final de la película me pareció el preciso, al igual que varios cortes. Muy simbólico, que reemplaza minutos o escenas que suelen ser obvias. Muy inteligente la labor del director.

Dirigida por Gustavo Loza.