#ElPerúQueQueremos

El olvido de los técnicos de fútbol

¿Por qué en la historia del deporte rey solo se recuerdan a los jugadores?

Publicado: 2014-07-01

Una de las estampas que nos dejará este mundial de Brasil 2014, además de habernos regalado, seguramente, el mejor fútbol de los últimos siete mundiales, es la exaltada manera de celebrar los goles del director técnico de México, Miguel Herrera. Ya no veremos a Herrera en los cuartos de final, pero recordaremos, aunque solo sea brevemente, sus ojos desorbitados, sus brazos alzados y una boca abierta como un animal prehistórico a punto de cazar a su presa gritando los goles mexicanos. Pero tarde o temprano lo olvidaremos. Esa es la maldición de los técnicos de fútbol ganar partidos y campeonatos, para luego ser olvidados.  

Los técnicos de fútbol siempre han ocupado un lugar de privilegio en la ovación del presente, pero la posteridad y el parnaso del fútbol está solo reservada para los jugadores. Nadie recuerda -salvo los memoriosos de los datos y la estadística- al técnico de la deslumbrante naranja mecánica de los setenta, ni al de la Argentina campeón del 78 o el 86. (Rinus Michels, César Luis Menotti y Bilardo, por cierto).

Recordamos a Pelé, Jairzinho, Rivelino o Tostao del mejor Brasil de todos los tiempos en México 70, pero hemos olvidado por completo que el entrenador de aquel grandioso equipo fue Mario Lobo Zagallo y que aquel hombre menudo que también fue jugador y campeón del mundo con su selección; participó en todos los títulos mundiales que obtuvo Brasil ya sea como técnico o asistente.

Recordamos "la mano de Dios" de Maradona o ese gol de ensueño driblando desde el medio campo a cuanto desesperado inglés se le puso enfrente, tenemos en la memoria el pase de mirada periférica (ojo de pez) de Pelé para el último tanto de su equipo en la final de México 70 contra Italia, pero no nos acordamos de este o aquel cambio de jugadores o estrategia que realizaron sus técnicos y que fue clave para el triunfo.

El fútbol tiene sus injusticias, pero olvidar a los técnicos ni siquiera forma parte de ellas. Del deporte rey se dice que es la continuación de la guerra por otros medios. En el campo de batalla de los estadios se cantan los himnos, los jugadores combaten por cada balón, hay golpes y refriegas, hay héroes y villanos, drama y a veces injusticia. Pero en el fútbol a la inversa de las guerras, los generales siempre son olvidados. 

Un técnico es un estratega, es quien se amanece analizando los vídeos del rival, quien anota en su cuadernillo los puntos débiles (laterales sin salida, centrales perezosos, marcar en zona a su número diez, marca personal con el central en los balones parados). Es quien receta la cura para el triunfo a los jugadores. Es un psicólogo y es un motivador. Es quien al final de una catastrófica derrotada debe dar siempre la cara y asumir su responsabilidad. Es el ajedrecista al que al final de cada partida ganada, las cámaras y las fotografías olvidan para concentrarse en retratar y filmar a los peones. 

Por suerte, los clubes y las federaciones, por lo menos, le reconocen su valor a los técnicos de fútbol. Fabio Capello, director técnico de Rusia gana 9.6 millones de dólares. Luiz Felipe Scolari, entrenador de Brasil, gana 6.2 millones de dólares; Del Bosque y Prandelli, de las eliminadas España e Italia, 3. 4 millones y 4.1 millones de dólares, respectivamente. Pékerman que parece haber hecho magia con Colombia tiene un retribución de 3 millones, Van Gaal de Holanda 2.6 millones y el sueldo del buen Miguel Herrera de México llega a 2.7 millones, aunque la FIFA debería darle una gratificación por el espectáculo para las cámaras que fue cada celebración de un gol mexicano.

Este Mundial hermoso y que ha llenado de satisfacción a todos los amantes del deporte rey no será distinto de los otros respectos a los entrenadores. Nos quedaremos con el Messi de ensueño, el Neymar que logra los elogios de 200 millones de brasileños, el nivel altísimo del colombiano James Rodríguez, un virtuoso digno sucesor de Valderrama, pero el carismático  Miguel Herrera será olvidado y en unos años más nadie recordará tampoco, el nombre del técnico del equipo campeón de este mundial.



Escrito por

Enrique Larrea

Editor y periodista. Escribo informes, reportajes y crónicas que han aparecido en diferentes diarios. Formo parte del equipo de La Mula.


Publicado en