Cuando se habla del clásico del fútbol peruano, es costumbre recurrir a las mismas imágenes de siempre: goles que definieron campeonatos o jugadas memorables, broncas en la cancha –el perfecto cross de derecha de Nunes a Kopriva, por ejemplo– y fuera de ella. 

Entre estas, el partido que dio inicio a la rivalidad entre ambos equipos, jugado el 23 de setiembre de 1928, es uno de esos momentos que ha quedado instalado en el imaginario colectivo de los hinchas. Buscando los orígenes de dicho enfrentamiento, el periodista e historiador Jaime Pulgar Vidal ha escrito el libro “El CLÁSICO: EL INICIO DE UNA RIVALIDAD” (Grupo Editorial Mesa Redonda), una excelente crónica que documenta y explica con rigurosidad, cómo y porqué el duelo entre los clubes Universitario de Deportes y Alianza Lima se convirtió en el partido más importante de nuestro balompié.

La historia que todos creen conocer de ese primer match, llamado desde siempre “el clásico de los bastonazos”, es la siguiente: se cruzaban en una cancha de fútbol por primera vez el club que representaba a las clases acomodadas, los ‘blanquitos’ de la Universidad San Marcos, versus el que contaba con arraigo popular, los ‘negritos’ de La Victoria. Con el marcador a favor de los universitarios, el árbitro del partido lo dio por concluido antes de los 90 reglamentarios, pues Alianza Lima se había quedado con seis jugadores, tras sufrir la expulsión de cinco de sus integrantes. La batalla campal en la que había devenido el encuentro, se trasladó entonces a las tribunas, cuando los partidarios de Universitario intercambiaron insultos con algunos jugadores de Alianza, para luego emprenderla a bastonazos contra ellos.

El germen de la rivalidad entre ambos cuadros estaría entonces en una suerte de conflicto de clase con tintes raciales subyacentes: ricos contra pobres, blancos contra negros. Pulgar Vidal va más allá de esta fórmula elemental y analiza con objetividad y detalle el contexto histórico y político del enfrentamiento. Sin sacar de la ecuación el aspecto socio-económico del clásico, su libro otorga luces no solo sobre dos maneras distintas de darle significado al fútbol, sino también sobre qué aspectos de nuestra identidad nacional pueden ser conocidos a través de manifestaciones culturales como el deporte.

Con ese objetivo, el autor da unos pasos atrás en el tiempo e indaga con minuciosidad sobre las circunstancias en que ambos clubes fueron fundados. Aquí hay un hallazgo importante: Universitario de Deportes no nació en los claustros de la Universidad de San Marcos –como siempre se ha sostenido–, sino a raíz de una iniciativa de la Federación de Estudiantes del Perú, es decir una organización con alcance nacional. 

Si bien se puede decir que en su origen están presentes los valores que la élite limeña asociaba al deporte (modernidad, disciplina, moralidad, solidaridad), también es cierto que por lo menos 11 de sus 33 fundadores provenían de provincias. 

No menos revelador es el dato que existen indicios de que más allá de las lealtades de clase, existía entre los universitarios una cercanía con el Partido Civil, opositor y principal enemigo político del presidente Augusto B. Leguía, quien casualmente, se había permitido un oportuno baño de popularidad apadrinando a Alianza Lima en sus inicios. 

En ese contexto, Pulgar Vidal incluye en su trabajo los disímiles informes periodísticos del día siguiente del partido. El Comercio –en manos de la familia Miró Quesada y los civilistas– culpa a los aliancistas del bochornoso incidente, mientras que La Prensa –diario adicto al oficialismo– la emprende en contra del réferi y de los exaltados partidarios estudiantiles. Tal parece que la falta de objetividad del periodismo deportivo peruano es tan añeja como el propio clásico.

Al margen de las respuestas que el libro de Pulgar Vidal pueda generar, lo más importante es que se trata de un trabajo que destaca por varios cuerpos sobre la mayor parte de lo que se ha escrito o dicho sobre los U-Alianza. 

El autor ha confesado que la inquietud por escribir sobre este tema surgió cuando como periodista deportivo en el programa Goles en Acción que conducía Alberto Beingolea le encargaban la cobertura del clásico. Igual que muchos de los que vivimos el fútbol con pasión y especial interés, Pulgar Vidal estaba cansado de la recopilación compulsiva de anécdotas de camarín o de tribuna, y se propuso conocer lo que había más allá de la paporreta repetida en medios de comunicación y bares nocturnos. Alejarse de la inevitable carga folklórica y su poca fiabilidad fue una de sus propuestas. 

Ahora que se producen programas de televisión sobre la historia de nuestro fútbol con este último elemento como única fuente de información, esfuerzos como el de Pulgar Vidal son más urgentes que nunca.

*El libro "El Clásico: El inicio de una rivalidad" está a la venta en el stand 45 de La Feria del Libro de Lima que continúa hasta el 3 de agosto. El autor estará firmando ejemplares el sábado 2 y el domingo 3 de agosto desde las 5 p.m. en el referido lugar.