Cuidado con el califa
Acerca del Estado Islámico (EI), una muy seria amenaza para la estabilidad de los ciudadanos y países de Oriente Medio.
Hay un respiro en Gaza y, es cierto, hay que voltear hacia otros escenarios de Oriente Medio. Especialmente hacia Irak, donde podría ocurrir lo más grave de los últimos años, en términos políticos y también humanitarios: un grupo, que no cree en tregua alguna, ha entrado como una tromba para crear nada menos que un califato.
Lo que el denominado EI (el Estado Islámico) pretende, en pocas palabras, es instaurar un gobierno musulmán basado en una versión estrictísima de la ‘sharia’ (ley coránica) en los territorios correspondientes a varios países. Ya no sólo en Siria e Irak, como aspiraban hace unos pocos años, cuando actuaban en tándem con Al Qaeda.
Esa es su versión del califato, que en rigor designa al sucesor del profeta Mahoma e implica ejercer autoridad sobre la Umma, la comunidad de musulmanes de todo el mundo. Y se ha concentrado en Irak, tras incursionar en Siria, porque precisamente allí encuentra, en el enfrentamiento entre sunitas y chiítas, un fermento para crecer.
Aunque la aspiración de lejos resulte un poco demente, en el avispero iraquí ha podido instalarse debido a la sensación de que el gobierno oficial, manejado hasta hace poco por el chiíta Nuri al Maliki, precisamente atizaba la división. Irak ahora está estrenando otro gobierno, apoyado por Washington, e impulsado por el kurdo Fuad Masum.
El nuevo primer ministro, Haidar al Abadi, otro chiíta, de quien se espera más consenso, calmaría las aguas y buscaría conformar un Ejecutivo con más participación sunita. Nada garantiza, sin embargo, que el incendio se apague, porque a la extrema violencia desatada por EI se podrían sumar enfrentamientos por la destitución de Al Maliki.
¿Quién desenrolla esta madeja? Estados Unidos intenta hacerlo, con bombardeos y giros políticos, solo que el resentimiento acumulado desde comienzos del siglo 20, cuando las potencias a punto de vencer en la I Guerra Mundial se repartieron Oriente Medio, es muy fuerte y está pariendo, décadas después, esta suerte de tromba asesina que es EI.
No son mayoría en el mundo musulmán, que les teme o los desprecia acaso tanto como Occidente, aunque están expresando, una vez más, el naufragio de visiones simplistas, o etnocentristas de cómo debe ser el mundo. Por años se ha sembrado tempestades en esos lares y ahora se tiene un intento de califato frente al cual Hamás parece un exabrupto.