Durante cuatro meses, nuestro equipo de investigación se percató que esta señora podía articular algunas palabras y buscando en Wikipedia nos enteramos que las tigresas no hablan. Repetidas veces acudimos al Parque de las Leyendas para observar el comportamiento de los tigres y tigresas y no dijeron ni miau, cuando sospechamos que ante nuestra presencia, los felinos optaban por callar, colocamos cámaras escondidas y solo descubrimos que el guachimán del zoológico tiene un romance con una hiena. 

Al no obtener pruebas concretas sobre la naturaleza de la Tigresa del Oriente, decidimos contactar con especialistas en botánica y nos dijeron que ellos solo estudian plantitas, por lo que nos pusimos a analizar la comida vegana pero ese ya es otro tema.

Un golpe de suerte

Desesperados por no obtener respuestas concretas ni pruebas contundentes de la humanidad de la Tigresa, cerramos el caso (nuestro editor dijo que podía ser una lora pero fue despedido por eso). Fue así que un día estábamos viendo vídeos en Youtube para aprendernos los pasos de la canción de Heresi y alguien, por error, encontró un vídeo de la señora investigada y oh sorpresa, estaba cantando y claro, las tigresas no cantan.

Eso hizo que retomemos el caso, ya teníamos el primer gran indicio de que Judith Bustos no era una tigresa pero teníamos que descartar el play back, así que nos contactamos con un experto en lectura de labios y la información que nos dio fue valiosa, la supuesta tigresa estaba articulando lo que decía, de una forma horrible, pero sí, estaba cantando, y por ende, hablando.

Así mismo, según el vídeo que analizamos, en el que sale con una niña y un señor que se hace llamar El Delfín (pronto investigaremos este caso para saber si El Delfín Hasta El Fin es realmente un delfín), pudimos darnos cuenta que tal vez la Tigresa del Oriente solo no sea tigresa, tampoco del oriente, sino de Israel.