EL NUEVO MAPA POLÍTICO REGIONAL Y MUNICIPAL EN EL PERÚ (2015-2018)
DATOS Y ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS DEL 05 DE OCTUBRE
El 05 de octubre pasado se llevaron a cabo en nuestro país las Elecciones Regionales y Municipales (ERM 2014). Los resultados de esta jornada electoral confirman lo que ya todo el mundo conoce: la grave crisis de los partidos y el triunfo de los movimientos sub nacionales en el ámbito regional y local.
De todos modos, creemos necesario exponer algunos datos en torno al nuevo mapa político sub nacional que se ha configurado en nuestro país, pues éstos nos ayudarán a comprender la dinámica que las elecciones sub nacionales vienen presentando en el Perú desde hace ya algunos años.
En todo caso, lo que habría que tener presente es que en este proceso electoral los partidos y movimientos sub nacionales se disputaron un total de 25 presidencias regionales, 195 alcaldías provinciales y 1,843 alcaldías distritales. Entonces, para analizar la performance de los actores políticos uno debe superponer los resultados electorales sobre estas jurisdicciones, para luego, determinar cuáles son los colores de este nuevo mapa político.
¿Qué pasó a nivel regional?
Lo primero que habría que decir es que en por lo menos (18) regiones el vencedor de la jornada electoral es un movimiento regional -pueden ser más, dependiendo de los resultados de la segunda vuelta-. Este dato es importante pues en las primeras elecciones regionales del año 2002, fueron los partidos los que lograron imponerse en (17) gobiernos regionales.
Asimismo, tenemos que “únicamente (4) presidentes regionales alcanzaron la reelección en la primera vuelta. Nos referimos específicamente a lo ocurrido en las regiones de Ayacucho, Cajamarca, Callao y Lambayeque. Esto es importante si recordamos que las autoridades regionales reelectas fueron (6) en 2006 y (2) en 2010, respectivamente.
Cabe señalar que el número de presidentes regionales reelectos puede llegar a seis (6) si tanto en Junín como en Pasco, la autoridad regional que busca reelegirse se alza con el triunfo en la segunda vuelta. Ahora bien, han sido los presidentes regionales de Cajamarca (Gregorio Santos) y Callao (Félix Moreno) los que han logrado su reelección con los más altos porcentajes de votación. Por su parte, Jaime Rodríguez en Moquegua fue el candidato que alcanzó la presidencia regional con la mayor votación (49%).
En esa línea, tenemos que en trece (13) regiones se llevará a cabo la segunda vuelta electoral (fueron (10) en 2010). Cabe anotar que en ese año, de los (10) casos de segunda vuelta, en la mitad de ellos (5) resultaron ganadores quienes habían quedado en segundo lugar en la primera vuelta. Es necesario señalar que la segunda vuelta o ballotage es una figura que no se presenta en elecciones sub nacionales en ningún otro país de América Latina, ya que como se sabe, la segunda vuelta está pensada únicamente para el caso de las elecciones presidenciales.
Finalmente, sobre la participación política regional de la mujer, debemos anotar que Yamila Osorio Delgado podría ser la única presidenta regional de (25) posibles, si logra imponerse a Javier Ísmodes en la segunda vuelta electoral en Arequipa.
¿Qué pasó a nivel provincial?
En las provincias se confirmó la tendencia regional. Decimos ello pues del total de alcaldes de municipios provinciales capitales de departamentos (25), solamente (4) han sido reelegidos.
¿Qué pasó en Lima Metropolitana?
En Lima Metropolitana, tal y cómo se esperaba, no se registró mayor sorpresa ya que el favorito en las encuestas, Luis Castañeda Lossio (Partido Solidaridad Nacional) logró imponerse cómodamente al resto de candidatos alcanzando el (50,73%), seguido por Enrique Cornejo del Partido Aprista Peruano (17,67%), Susana Villarán de Diálogo Vecinal -que tentaba la reelección- (10,58%), y otros (10) candidatos que no registraron porcentajes de votación mayores al (5,94%).
Pero detengámonos un momento en este punto para hacer algunas importantes precisiones: 1) De las (13) listas que compitieron sólo (1) –la de la actual alcaldesa, Susana Villarán- era de alcance provincial, el resto eran partidos nacionales; 2) La diferencia porcentual (33%) obtenida entre el ganador (Luis Castañeda Lossio) y el segundo (Enrique Cornejo) es la mayor en la historia de las elecciones limeñas; y 3) Luego de Jorge Del Castillo (Partido Aprista Peruano) en 1989, todos los alcaldes que intentaron la reelección, salvo Susana Villarán, alcanzaron este objetivo.
¿Qué pasó en los distritos de Lima Metropolitana?
En las distritales capitalinas los resultados contrastan con los obtenidos a nivel regional. Así, tenemos que sólo en (3) distritos el ganador fue un movimiento independiente. Nos referimos específicamente a lo ocurrido en los distritos de Chorrillos, Magdalena del Mar y Villa el Salvador. Eso quiere decir que en los (45) distritos restantes, fueron los partidos –algunos de perfil únicamente municipal- los que triunfaron en esta elección.
Pero veamos cómo se repartió el mapa electoral en los distritos limeños. El Partido Solidaridad Nacional se impuso en (18) distritos, seguido del Partido Popular Cristiano (8), Partido Chim Pum Callao (5), Partido Somos Perú (4), Partido Siempre Unidos (4), Partido Perú Patria Segura (3), Partido Alianza para el Progreso (2) y Partido Perú Posible (1).
Estas cifras nos permiten afirmar que el gran vencedor en este proceso electoral fue el Partido Solidaridad Nacional que logró capitalizar el denominado “voto de arrastre” obtenido por su candidato Luis Castañeda Lossio. Esto último pone en evidencia la importancia que tiene la candidatura metropolitana, pues opera como un espaldarazo para las candidaturas distritales. Algo que no ocurrió “únicamente” en 2010, proceso en el cual la agrupación de Susana Villarán (Fuerza Social), a pesar de haber alcanzado la alcaldía metropolitana, no logró vencer en ningún distrito capitalino.
Las cifras del ganador de la jornada contrastan con los magros resultados obtenidos por el Partido Popular Cristiano, más si se tiene en cuenta que en 2010 este partido obtuvo la victoria en (15) distritos. Pero si los resultados de este partido son negativos, peores han sido los que obtuvieron tanto el Partido Aprista Peruano, Fuerza Popular y Acción Popular, respectivamente. Estas tres agrupaciones no ganaron ningún distrito, a pesar de haber presentado candidatos en varios de ellos.
Finalmente, sobre la participación política municipal de la mujer, debemos anotar que Leonor Chumbimune (Partido Solidaridad Nacional) en el distrito de Santa María, ha sido la única mujer elegida como alcaldesa para este periodo municipal.
¿Cómo explicar estos resultados?
A la luz de los datos que arroja este nuevo mapa político, creemos fundamental recordar la opinión vertida por el profesor Steven Levitsky, sobre la manera cómo vota el ciudadano peruano en una elección sub nacional: “La experiencia de crecer y vivir en Huancavelica, Ilave, Yurimaguas, o San Isidro genera distintas identidades, expectativas, e intereses, y, por supuesto, ideas políticas”, señaló el politólogo de Harvard.
Entonces, teniendo en cuenta ello, si consideramos el alto nivel de desprestigio de los partidos en nuestro país, no debería sorprendernos que a nivel sub nacional, los electores prefieran opciones con las cuales se sienten mucho más identificados. En otras palabras, podemos no compartir las preferencias del electorado en Cajamarca, Puno, o San Isidro, pero lo que no podemos hacer es negar la legitimidad de estas preferencias.
No obstante lo señalado, lo verdaderamente preocupante de los resultados de este 05 de octubre pasado, es el nivel de fragmentación, desarticulación y desnacionalización de la política peruana. Hecho, que sin lugar a dudas, hace más evidente la falta de capacidad de los partidos para agregar intereses y articular demandas a nivel nacional.
Del mismo modo, podemos constatar que el éxito de estos movimientos sub nacionales, obedece -en muchos casos- a una táctica electoral basada en prácticas caudillistas y clientelistas, que replican un sistema de reproducción endogámica (cacicazgos locales). Si a todo ello le sumamos la debilidad y falta de legitimidad de los partidos, en la medida en que la ciudadanía siente que no participa en la elección de los candidatos que los representan ni de los supuestos beneficios que ellos ofrecen, eso explica por qué los partidos han sido barridos en el ámbito sub nacional.
Sobre este punto, otro dato a tomar en consideración es que el partido del presidente Ollanta Humala, haya decidido no participar en estas elecciones. Eso quiere decir que en el nuevo mapa político, el partido de Gobierno no cuenta con ningún gobierno regional. Esto hace que la posibilidad de articular un discurso político nacional sea nula. Situación que a su vez genera graves problemas de gobernabilidad y estabilidad ya que el partido Oficial, responsable de viabilizar la adopción de decisiones políticas de alto nivel, carece de autoridades a nivel sub nacional.
Si a eso le sumamos que los otros partidos (algunos con participación en el Congreso) tampoco han alcanzado éxito electoral a nivel regional, queda claro que la posibilidad de impulsar reformas políticas a nivel nacional o proyectos de desarrollo a gran escala, que no generen resistencia como Conga (Cajamarca), también se ve seriamente limitada, y ello porque como hemos podido apreciar: los partidos han colapsado en el ámbito sub nacional.
Pero además de lo ya señalado, retomando lo dicho en torno al tipo de estrategia electoral utilizada por muchos de los movimientos sub nacionales, que se caracteriza por el comportamiento caudillista y clientelista de la élite regional y local, debemos señalar categóricamente que en el ámbito sub nacional también se reproduce la misma falta de vocación institucional exhibida por los partidos a escala nacional. Eso quiere decir que para los movimientos sub nacionales, al igual que lo que ocurre a nivel de los partidos, el interés radica exclusivamente en el poder, con el principal objetivo del reparto de prebendas estatales extraídas de la Administración Pública.
Esto último es sumamente peligroso ya que hace pensar a la ciudadanía que las instituciones políticas no son otra cosa que realidades carentes de sentido, que no van más allá de la pugna de los partidos por coparlas en beneficio de sus líderes y dirigentes.
Es por ello que cuando a nivel sub nacional se presentan movimientos verdaderamente preocupados por la institucionalización de la política, éstos tienen que luchar primero contra sus propias prácticas y con el descrédito de las propias instituciones que ellos alimentaron. En este proceso estamos actualmente, tanto a nivel nacional, regional y local. Por lo que dependerá de los líderes políticos de todos los niveles revertir o afianzar esta perniciosa manera de entender la política. ¿Podrán hacerlo? Esa es la gran pregunta que los políticos deben resolver.