Buscan respuestas a más de un mes de incógnitas y sufrimiento. Las confesiones de cuatro detenidos del cartel del Guerreros Unidos han conducido hasta Cocula, veinte kilómetros, al suroeste de Iguala. 

Según los narcotraficantes, en esa zona se encuentrarían los cadaveres de 43 estudiantes. Hasta el momento las pruebas de ADN descartaron que los 38 cuerpos localizados en otras fosas, cerca de Iguala, fueran de los jóvenes de Ayotzinapa.

El dolor y la rabia de las familias no cesan. Este miércoles los familiares de los desaparecidos se reunirán, por primera vez, con el presidente mexicano Enrique Peña Nieto.

El mandatario insiste en la prioridad de su Ejecutivo. "Conocer el paradero de los jóvenes de Ayotzinapa, sobre todo también identificar como ya se ha hecho y dar con con los responsables intelectuales y materiales de estos muy lamentablesx hechos", dijo en conferencia de prensa.

Pero son promesas que no se cumplen. A los mexicanos se les agota la paciencia. Piden respuestas que el gobierno aún no tiene. "Hemos sido muy cuidadosos de darles la información precisa, de no especular, de no trabajar con la imaginación; sino con los hechos. Es por eso que la información que les damos es exactamente la etapa en la que está, y en las condiciones en la que está", afirma Jesús Murillo Karam, Procurador General de la República de México.

El balance: 56 detenidos, 3 prófugos -el alcalde de Iguala, su esposa y el jefe de seguridad-, y un sin fin de dudas sobre el paraderos de los jóvenes de Ayotzinapa. Incongnitas que quizá encontrarán respuestas en las fosas de Cocula.

Fuente: DW