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Soy opinólogo y opino lo que quiero!!!!!!! ¿Hay algún opinólogo?... qué opino lo que quiero

Publicado: 2014-11-01


El opinólogo es un neologismo que viene siendo usado de forma sarcástica a las personas que, generalmente en los medios de comunicación, opinan sobre cualquier tema, como si fuesen especialistas. ¿Pero, hay que ser especialista para emitir alguna opinión?


Dos cosa para empezar a opinar. Primero; opinión, proviene del latín “opinio”: una opinión es un juicio que se forma de algo cuestionable. Es decir, es un parecer del alguien y ello implica y admite la posibilidad de acierto o error en lo expresado, lo cual le da un margen para que las afirmaciones no tengan evidencia plena. Segundo, opinología, proviene de “opinari” que significa formar o tener opinión y “logía” que significa ciencia. Entonces quienes han acuñado este neologismo, refieren que se trataría de la ciencia de la opinión, por tanto un opinólogo sería aquel que estudia las opiniones y no quien emite una opinión.


Entonces porque tanto floro para dar una opinión. Lo que pasa es que al ser las opiniones no concluyentes de certezas, incomoda a quienes prefieren que muchos temas mantengan una “sola línea” de pareceres y sobre todo empiezan a sentir que su exclusividad de opinar decae. Esto último no tiene asidero en nuestros tiempos, ya que las opiniones no sólo se dan por los medios tradicionales, sino también se dan a través de las redes sociales.


Por eso quienes pretenden desacreditar los artículos de opinión y la quieren etiquetar como opinología, me parece que están ayudando a la finalidad de quienes damos nuestros pareceres, ya que la finalidad principal es la de influenciar y generar una corriente de opinión sobre temas, en mi caso, sobre política y educación. Y estos escritos no son ciencia, sino opinión de la experiencia.


Una opinión que busca colocar discusión debe implicar algunos argumentos desde puntos de vista personales, presenta posturas, valoraciones y análisis que puede ser de interés del público y que se dice que debe ser dado por alguien reconocido, prestigioso y de credibilidad. Estos tres últimos adjetivos pueden ser superados ahora que tenemos derecho de emitir opinión en cualquier medio, sobre todo en las redes sociales; inclusive quienes escriben en medios “reconocidos”, también se han visto obligados a usar las redes para emitir sus pareceres.


Por eso y muchas cosas más, si me dicen que soy opinólogo, es un piropo, sobre todo a alguien que no sólo busca generar posiciones sobre temas que suelen ser controversiales como la política y la educación, sino porque realmente exponer ideas, argumentos y persuadir a través de la palabra es un reto para quienes pretenden dejar de ser escribidor y alcanzar ser opinólogo.


Escrito por

Román Aller Zárate

Licenciado en educación, estudios de post grado en política social y especialista en gestión educativa.


Publicado en

El ágora del escribidor

Blog de Román Aller Zárate: espacio público de discusión y análisis de un "escribidor" sobre Educación, Política y otros temas.