La Revista Quehacer acaba de publicar su último número. 35 años después de haber lanzado su primera edición a manos de su fundador, Henry Pease, una de las revistas más importantes del Perú en el periodismo de ideas ha dejado de imprimirse. Luego de más de tres décadas de discusión y argumentos, a Quehacer le llegó el final. 

el último número de la revista quehacer

Pisé Quehacer por primera vez en el verano de 2011. Abelardo "Balo" Sanchez León, director de la revista, era mi profesor de Redacción Periodística en la especialidad de Periodismo en la PUCP. Su curso era simple y aleccionador: nos enseñaba a escribir. La labor era dura porque había que redactar un texto en una hora y media. Había que ser preciso, breve y contundente. Yo tenía 20 años y soñaba con ser periodista y escritor.

Dan también estaba en esa clase. Nuestra amistad al inicio era simple: competíamos en el curso. Nos repartimos las victorias. En esa época salíamos todos los fines de semana. La vida universitaria era muy divertida, con los amigos y la fiesta.

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Una tarde Balo nos citó en un café de la universidad para proponernos trabajar en Quehacer. Nos contó que tendríamos que escribir reportajes, crónicas, entrevistas e informes. Nuestro primer trabajo serio como periodistas. Balo nos citó en enero y en la tarde celebramos.

Esa mañana hacía muchísimo calor. Estar con pantalón era pegajoso. Dan y yo nos encontramos en la avenida Del Ejército y fuimos a León de la Fuente, calle donde estaba Quehacer, en Magdalena, cerca del manicomio. Nos perdimos buscando, pero eso no importa en esta historia.

Entramos y vimos todos los números de Quehacer en un stand de madera pegado a la pared. La redacción era una oficina de piedra frente al Lima Cricket, con mesas amplias y escritorios setenteros. Nos recibió Mónica Pradel, coordinadora y eje de la revista. Iba vestida con traje elegante, pues era también un día especial para ella: no muchos redactores pasaron por Quehacer en los últimos 20 años. Dan y yo estábamos sudando y tomando agua todo el momento.

En nuestro primer día, Mónica nos pidió que reorganicemos el archivo fotográfico y la hemeroteca. Empezamos con las revistas. Ordenamos cronológicamente unas 3 mil revistas, dejamos para el final las fotos. Nuestro objetivo era clasificar más de 10 mil fotos en folios que indiquen el tema de las imágenes. Al final del día, totalmente agotados y con alergia por el polvo, conocimos a Eduardo Ballón.

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Fui redactor de Quehacer por tres años. Dan y yo éramos parte de la creación de cada número de la revista. Lo más difícil fue siempre identificar un problema coyuntural del que quisiéramos escribir y "aterrizarlo" en una idea periodística que se convierta en un texto. Escribíamos artículos de más de 2000 palabras, lo que hoy es casi imposible por la velocidad e intensidad de la profesión. Los artículos eran difíciles. Balo era exigente con cada palabra.

Así, con el tiempo, Dan y yo íbamos entrando en el periodismo de una manera bien 'vieja escuela': nos emocionaba ver nuestro nombre impreso, firmando nuestras crónicas y artículos. El blanco y negro de la revista, elegante y clásico a la vez, nos exigía leer mucho y mejorar constantemente porque el lector de Quehacer así lo demandaba. Luego de varios números Dan y yo viajamos a Cajamarca para hacer un reportaje duro sobre el conflicto por el proyecto Conga, y también entrevistamos por hora y media al siempre difícil abogado de Abimael Guzmán, Alfredo Crespo. Hemos conversado con Gonzalo Portocarrero, Alonso Cueto, Gustavo Gorriti, Ricardo Soberón, Alberto Adriánzen, Marisa Glave, Sinesio López, Susana Reizs, Alex Huerta, Aldo Panfichi y otros intelectuales y políticos en largas entrevistas que pueden leer en los últimos números de la revista. La sección Poder y Sociedad es una de mis favoritas.

Los años pasaron, las reuniones por las tardes continuaron, seguíamos hablando de cine, fútbol, periodismo y literatura mientras hacíamos la revista. Pasábamos el día entero en la oficina cuando se acercaba el cierre del número, semanas en las que todo era un desorden y constante pánico no solo por el deadline, sino por escribir artículos que cumplan las exigencias. En Quehacer siempre se respiró periodismo.

Hoy, 35 años después de vivir y ser testigo de casi cuatro décadas de la historia del Perú, la revista es un referente necesario para conocer la sociedad peruana moderna. Hoy Quehacer se despide y lo hace de pie, con su dignidad y su calidad intactas. Y como dice la última nota de prensa "la vida continúa su marcha, como debe de ser".


(Foto de portada: http://articulo.mercadolibre.com.pe/)


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