El 23 de enero del 2015 Evo Morales Ayma fue investido como presidente reelegido de la república plurinacional de Bolivia. Nacido de las fuentes del gremio de campesinos cocaleros, Morales cuenta con un masivo apoyo en su país y goza de gran aprecio por su honestidad y fidelidad a sus principios como dirigente sindical, social y ahora como presidente.

La historia de Bolivia es muy conocida. El país del altiplano casi siempre estuvo a cargo de gobiernos que se alinearon a los dictados de los organismos económicos internacionales y prácticamente remataron sus recursos a las grandes trasnacionales; la otra parte de su historia, estuvo a cargo de dictaduras militares que siguieron el mismo camino entreguista y practicando el asesinato y la persecución de opositores; el perjudicado de toda esta triste historia siempre fue el pueblo boliviano y esto se reflejó al final en las cifras negativas de su economía.

Sólo hace apenas nueve (9) años Bolivia exhibía los más desalentadores índices macroeconómicos: pobreza extrema en gran parte de la población, endeudamiento asfixiante y recursos prácticamente hipotecados. Como si fuera poco, antes de la llegada de Evo, Bolivia llegó a tener hasta cuatro (4) presidentes en tan solo cuatro años; entre el 2001 y el 2005 pasaron por Palacio Quemado: Hugo Banzer, Jorge Quiroga, Gonzalo Sánchez de Lozada (hoy prófugo en EE.UU. por corrupción y crímenes de lesa humanidad) y Carlos Meza, todos ellos, obligados a renunciar por un pueblo cansado de malos gobiernos y denuncias de corrupción.

Un país que reflejaba las más desalentadoras cifras económicas del hemisferio y que era considerado uno de los más pobres más del planeta siempre tendrá aún mucho por hacer para superar sus serias dificultades, pero algo es cierto, la Bolivia de hoy, a sólo nueve años de haber asumido el gobierno Evo Morales Ayma, muestra una realidad que a veces resulta difícil creer.

Desde que llegó Evo Morales al gobierno y en menos de nueve años:

- Las Reservas Internacional Netas (RIN) de Bolivia pasaron de 1,700 millones a la impresionante cifra de 15,500 millones de dólares al cierre del 2014. Es decir, multiplicó por nueve (9) sus ahorros en divisas; sí, impresionante.

- El PBI de Bolivia pasó de 7,000 millones a la actual cifra de 30,000 millones de dólares. Es decir, multiplicó más de cuatro veces su PBI en nueve años.

- Bolivia erradicó el analfabetismo, sí, como lo oye, y este logro fue certificado por la misma ONU y la UNICEF. Evo consiguió ese gran mérito sólo en su primer gobierno.

- La pobreza extrema ha bajado de 38% a 18% en solo nueve años. Otro dato impresionante.

- Los ingresos al fisco por exportaciones de hidrocarburos pasó de 300 millones a más de 2,700 millones de dólares gracias a la renovación de los contratos con las empresas transnacionales, siendo ahora más favorables para el Estado Boliviano.

- El crecimiento económico de Bolivia se ha mantenido por sobre el 5% en los últimos nueve años.

- El salario mínimo del país pasó de $ 72 a $ 206 dólares. Es decir, casi tres veces más que hace nueve años.

- El PBI per-cápita (por persona) ha subido de $ 1,010 a S 2,700 dólares.

- En el año 2014 Bolivia ha sido el país que más ha crecido en el hemisferio con el 5.4%. Algo impensable hasta hace poco.

- Actualmente, Bolivia viene implementando una red de carreteras que se multiplican por todo el país con un nivel de modernidad muy apreciable.

- Hoy Bolivia tiene la mayor tasa de inversión extranjera de la región en comparación con el tamaño de su economía. Etc. etc.

Como si fuera poco, el gobierno de Evo Morales ha creado diversos “Bonos” que están destinados a dar soporte social, entre otros: a personas de tercera edad en condición de extrema pobreza; apoyo en pasajes y sostenibilidad a estudiantes universitarios en condición vulnerable; apoyo a niños en situación de desamparo, Etc. todo esto, como consecuencia de los mayores ingresos obtenidos por la firma de los nuevos contratos con las empresas de hidrocarburos a quienes elevó los impuestos y modificó el porcentaje de sus ganancias favoreciendo notoriamente los ingresos de la economía boliviana.

Pero Bolivia no sólo ha dado pasos agigantados en cifras económicas y sociales, también lo ha hecho en los campos de ciencia y tecnológica:

El año 2014, Bolivia, sí Bolivia, lanzó su propio gran satélite al espacio, el “Túpac Katari”, satélite que está destinado a brindar servicios de comunicación, educación y telemedicina a zonas rurales campesinas de manera prioritaria, zonas que siempre han sido las más olvidadas e ignoradas del país. El satélite en mención tiene un peso de 5 toneladas y fue lanzado desde una estación espacial en China y  ya ha comenzado a generar millonarios ingresos por servicios de transmisión satelital que viene ofreciendo a diversas empresas tanto nacionales como extranjeras. Sí, aunque no lo crea, Bolivia cuenta hoy con su propio gran satélite espacial y ya anunció el lanzamiento de un segundo satélite para el año 2017 que llevará el nombre de “Bartolina Sisa” y  estará destinado para fines de prospección, prevención y detección de catástrofes, así como de reservas de recursos naturales; así, tal cual lo lee.  

De igual modo, la ciudad de La Paz (capital de Bolivia) ha inaugurado hace pocos meses la red de Teleféricos más grande, más alta y moderna del mundo. Las cuatro modernas líneas hoy instaladas transporta en breves minutos a miles de pobladores desde la ciudad de El Alto hacia La Paz y viceversa, ofreciendo además de una hermosa vista panorámica, seguridad, comodidad y reduciendo la contaminación sonora y ambiental; algo envidiable.

Y no sólo eso. Hace pocos meses, Evo Morales anunció que Bolivia ya entra decididamente a la generación de Energía Nuclear con fines medicinales; con tal propósito, el presente año 2015  ha destinado más de 1,700 millones para dar inicio efectivo a este ambicioso proyecto científico. 

Pero hay algo que no debemos dejar de mencionar:  la era Evo Morales se ha caracterizado además por una revaloración de su herencia cultural, por  la afirmación de sus tradiciones populares, de su pluriculturalidad. El orgullo de tener como presidente a un hombre de raíz indígena ha dado a la mayoría de la población una sentimiento de respeto y equidad social muy apreciable; este último mérito, es en realidad incalculable, invaluable.

Pero también hay que ser claros, Evo no las ha tenido fácil en estos nueve últimos años. Su gobierno ha sufrido intentos de sabotaje desde dentro y fuera del país, así como intentos separatistas, de fragmentación territorial y espionaje, así como la mezquindad de quienes se resisten a reconocer los éxitos de su gobierno a pesar que lo pueden ver y sentir; apelando a la dignidad de Bolivia, Evo eliminó las bases militares de países extranjeros dentro de su territorio, dejó sin efecto la permanencia de la agencia norteamericana USAID y la DEA, e incluso, en un momento solicitó el retiro del mismo embajador norteamericano por claras injerencias en asuntos de soberanía y política interna; asimismo, también ha sufrido insostenibles y vergonzosos ataques de racismo - ¿alguien lo duda? - esgrimido desde sectores que no soportaban la idea que un dirigente campesino, indígena (un colla, un “indio”, como se les escucha decir con desprecio) sea quien dirija los destinos de este gran país. A todas estas adversidades, se han sumado en los últimos años muchas catástrofes naturales: inundaciones y sequías que han golpeado fuertemente a su población rural, urbana y a sus recursos económicos. No obstante todas estas adversidades, el país ha sabido mantenerse firme y generando los más auspiciosos elogios y admiración por su manejo económico responsable, por sus cuentas saneadas y por mantener un horizonte claro en su política gubernamental y Estatal.

Sí, esta es la Bolivia de la era Evo Morales. Y para estar enterados, sólo hay que estar bien enterados.