Esta semana, un periódico estadounidense obtuvo y difundió un memorando militar que propone una –pequeña– modernización en la política del ejército estadounidense respecto a sus miembros transgénero.
El estado actual del asunto es que, una vez identificado un soldado transgénero, este puede ser inmediatamente despedido por razones 'médicas' por un oficial de bajo rango.
La nueva propuesta es que la decisión sea transferida a un oficial de alto rango (no se indica hasta qué nivel llegaría), dificultando así el despido de la persona transgénero.
Aunque ningún representante del Pentágono ha comentado el tema, los miembros de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles consideran que el memorando da lugar para ser optimistas y pensar que es posible una reforma del tratamiento actual de personas transgénero.
Desde 2011, una política similar se aplica a los soldados homosexuales, y ese cambio ha generado que, desde ese año, no se den más despidos de gays y lesbianas.
Además, la semana pasada, el ejército estadounidense dio permiso para que una transgénero que está en la cárcel (por divulgar secretos a WikiLeaks), Chelsea (antes Bradley) Manning reciba tratamiento hormonal. Este es el primer permiso de este tipo otorgado por la institución.
Aunque es posible que el Pentágono esté haciendo un esfuerzo por modernizarse en el tema LGTB, lo cierto es que hay otros problemas en los que no ha hecho ningún progreso, como el de violaciones al interior de las tropas. Así, le queda un largo camino por recorrer antes de ser una institución realmente inclusiva y moderna.
[Foto: Mary Calvert.]
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