El Indio y la Tierra para V. A. Belaúnde
Planteamiento del problema y solución en el pensamiento del intelectual arequipeño.
'El indio no es parte de la nacionalidad sino la misma nacionalidad.¿
La propuesta de Belaunde sobre el problema indígena se encuentra en su libro La Realidad Nacional. El autor realiza en la primera parte del libro una interesante crítica a los Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana de José Carlos Mariátegui. Realiza una confrontación de propuestas, complementa ideas y resalta sus aciertos. El autor demuestra agudeza, sencillez y agudeza en su escrito.
En el segundo capítulo titulado ‘El problema del Indio’ resalta el mérito de Mariátegui por haber situado el problema del indio, y su relación con el problema de la tierra, en el centro del debate sociológico. Pero cuestiona la imagen que en los Siete Ensayos lo representa. La primera parte del capítulo consiste en la exposición de discursos en donde desarrolla su interés por la solución de la ‘cuestión indígena’.
Menciona que en 1908 se opuso contra el criterio biologisista y anti indigenista que se utilizaba en su tiempo para entender a la población residente en el interior del país. Fue la primera vez que en público formuló que la problemática indígena era parte integral del destino del país. Po tanto era necesario superar obstáculos y realizar sacrificios para solucionar este embrollo.
En 1914 propuso la supresión de la base provincial de sufragio. En su remplazo propuso el escrutinio departamental yendo contra el ‘feudalismo’ y el gamonalismo. Durante 1915 señaló que la problemática social del Perú era la situación del indígena. Esto compuso inherentemente la existencia misma de la nacionalidad. Asume como responsable de la crisis imperante a la República quien absorbió a los comunidades, mantuvo el enganche, no eliminó el impuesto al alcohol y no consiguió aplicar una legislación tutelar. Allá por 1917 tildó como ‘inaceptable’ y ‘simplista’ la propuesta de etnólogos sobre la inferioridad racial de la población aborigen. En su concepción, una raza debió valorarse en término del dominio del ambiente donde reside. Nuevamente critica a la República por convertir al indígena en ‘fauna’ humana. Asume que en las comunidades era propicia y fecunda una psicología para el trabajo colectivo, mientras que una refractaria para el trabajo individual.
Belaunde prosigue su crítica ahora con el civilismo de 1886. Durante este periodo de gobierno no se consiguió la eliminación de la contribución personal (para él el remplazo del tributo colonial) y por mantener el impuesto sobre el alcohol. El tema de las bebidas espirituosas recibe una importante consideración en sus planteamientos. En un artículo publicado en el Comercio propuso la prohibición de su distribución en la sierra. Una propuesta adicional fue generar en el campo la industrialización de los cultivos tradicionales. Cuestiona también a la universidad por no haber estudiado lo suficiente al as comunidades indígenas. Esto conllevo que hasta e inicios del siglo XX no se tomara en cuenta la importancia del problema indígena. En su consideración, la solución era crucial porque era el símbolo de la personalidad y ética del país.
Como se percibe en estos discursos, Víctor Andrés Belaunde no mantuvo una participación ajena en los debate sobre la ‘cuestión indígena’. Es admirable su capacidad crítica para analizar la sociedad peruana sin rasgos autocomplacientes tanto en su como en el de sus colegas. Lo central de su propuesta radica en una importante oposición con Mariátegui: afirma que la recuperación de tierras para el beneficio de las comunidades no solucionaba el problema de manera íntegra.
El sujeto agente de cambios dentro del pensamiento de Belaúnde es la corporación. Este tipo de asociaciones para él tiene una raíz natural que comparte con la familia como institución. Esto hace que pueda articular reformas trascendentales como la ejecución y consolidación de la democracia gremial/funcional/corporativa.
En una nueva revisión de la obra de Mariátegui resalta la capacidad por identificar en la historia peruana la ineficacia de políticas gubernamentales, la inferioridad de la República respecto a la Colonia, lo arbitrario de catalogar a los indígenas bajo categorías propias de la biología y lo ingenuo de las esperanzas por un mestizaje a través de la colonización de territorios. Pero también encuentra puntos de confrontación como lo relacionado con la concepción religiosa.
La crítica se articula a partir de que Mariátegui descarta de manera dogmática el aporte que se puede conseguir por la práctica religiosa en beneficios del bienestar de las comunidades. De esta manera son dos los argumentos que cuestiona: 1) la disminución de la capacidad intelectual y espiritual de la iglesia. 2) El papel de los misioneros cuyo desempeño califica de mediocre como mediadores de la relación entre indios y gamonales.
Las respuestas que articula Belaúnde constituyen un respaldo a la labor de la Iglesia Católica. Para el primer argumento consta que la Iglesia atravesaba por un renacimiento fruto de la consolidación de la modernidad. Además, esta institución religiosa se encontraba articulando una política ‘nacional respecto a las razas inferiores’. Sobre el segundo argumento propone que la ineficacia de los misioneros se debió a la falta de una legislación indígena. Para una reafirmación del papel de la iglesia era necesaria la reactualización de sus estructuras. Los tradicionales curatos debieron ser reemplazados por conventos, parroquias y escuelas misioneras. El papel de los misioneros era innegable porque aportaron en la defensa y protección de los intereses indígenas.
El segundo punto de confrontación es el de la educación. Considera Belaúnde que Mariátegui exageró en su desdén por el rol que juega la pedagogía. El papel de esta disciplina era el contribuir por la integración de los indígenas. Asume que para la eficiente función de la pedagógica era necesaria la conjugación de dos aspectos: la influencia del medio ambiente y la técnica. Considero que el error de la pedagogía peruana fue el no contribuir a generar un ambiente de justicia social para el indio.
La conclusión a la que llega Victor Andrés Belaúnde implica que la existencia de pequeñas propiedades rurales no era la solución exclusiva. El ‘problema del indio’ no era sólo resuelto con la nacionalización de tierras. Para él era importante reforzar aquellos centros productivos que contribuyeron a la formación de la psicología individual en los habitantes rurales. También desarrollar una adecuada implementación pedagógica asistida por la presencia de la Iglesia Católica. El resaltar los aciertos de Mariátegui le permite establecer una base concreta sobre la cual elaborar sus propuestas.
Belaunde aborda el problema de la tierra en el siguiente capítulo. Otra vez reconoce en los Siete Ensayos el mérito por señalar la trascendencia de las comunidades en el transcurso del tiempo. Resalta del autor de esta obra u perspicacia (exactitud, visión y profundidad) al abordar la época contemporánea. Trasciende en su trabajo el análisis dela relación entre el latifundio y la comunidad, el régimen de trabajo, servidumbre y salario, y el colonialismo de la agricultura costeña. Belaúnde pone énfasis en la diferencia entre lo que llama primitivo latifundio y el industrializado/moderno latifundio dela costa. Fue este último el que acentúo mecanismos feudales como el yanaconaje o enganche para una producción orientada al extranjero.
Para el intelectual arequipeño es necesario percatarse del programa de Mariátegui a partir de los siguientes puntos: 1) protección y vitalización de las comunidades. 2) expropiación del latifundio improductivo y retrasado. #) Conversión del yanacona y aparcero en propietario 4) defensa y extensión de la pequeña propiedad. 5) constitución de un banco agrícola. 6) nacionalización de tierras. 7) Extensión y reconstrucción de comunidades extinguidas.
La postura de Víctor Andrés Belaunde sobre el problema de la tierra se condensa en una pregunta: ¿Será suficiente entregar al peonaje el latifundio serrano y al obrero los fundos industrializados de la costa para que por falta de técnicos y de capital se pare la producción y reine el hambre? Dentro de su pensamiento el indio no era parte de la nacionalidad sino la misma nacionalidad.
Este pensador reconoce tres las tesis que sirven como perspectivas para aproximarse al problema del indio: la indigenista, la imperialista y la católica (a la que llama ‘síntesis verdaderamente nacional de la tradición histórica). La tesis indigenista asume que el indio es el país. Su defensa tiene implicancias políticas y demagógicas.
La tesis imperialista se encuentra articulada por teorías biológicas modernas junto con el concepto de la superioridad de razas. Para los que defienden esta postura la nación se encuentra conformada por sujetos que se designan como blancos y los mestizos. El elemento indígena se encuentra absorbido o desapercibido.
La tercera tesis, la católica, contempla el problema indígena no sólo desde el aspecto económico sino también desde el ámbito pedagógico y técnico. Asume que su dimensión no es dogmática y unilateral son realista y flexible. En su opinión esta tesis no desintegra la nacionalidad sino que la salva. Una frase resume la postura de Belaúnde quien defiende esta tesis: ‘El verbo no se encarnó en el hombre de placer sino en el hombre del dolor, con el fin de la liberación de todos, de una fraternidad universal y una salvación inmensa’.
El pensamiento de Belaunde refleja la notable importancia que le dio a la ‘cuestión indígena’ en su trabajo y vida. Articula una posición no confrontacional sino madura que entra en dialogo con opiniones diferentes. La esperanza de este intelectual sobre su propuesta tiene un punto fuerte: es tolerante con diferentes posturas de las cuales resalta aspectos cruciales sobre los cuales articular sus propios argumentos. Para Belaúnde la solución del problema indígena implica una aproximación no sólo económica sino que educativa y religiosa. Destaca su capacidad para leer el tiempo y plantear los problemas que serán vigentes con ejecución de la Reforma Agraria.