En Dinamarca, las clases de educación sexual han dado un giro que sorprende a muchos: ya no solo ponen énfasis en cómo prevenir los embarazos, sino que abordan el embarazo de forma mucho más positiva entre los estudiantes. Les enseñan a reproducirse. 

Esta medida responde a la dramática reducción de la tasa de natalidad, en general, en toda Europa. El Ministerio de Salud de Italia describe a dicha nación como un "país en agonía"; Alemania, por su parte, invierte grandes sumas en subsidios familiares; y Dinamarca posee desde los años 70 una tasa de nacimientos por debajo del límite que permite a la población seguir creciendo.

Por eso, medidas como las tomadas por la asociación sin fines de lucro Sex and Society -encargada de elaborar las guías de educación sexual para los colegios daneses- tienen explicación lógica. "Por muchos años solo hemos hablado de sexo seguro para prevenir embarazos. Pero quizá ha llegado la hora de explicarles a los jóvenes cómo tener hijos", señala Marianne Lomholt, directora de la organización, al New York Times.

Este cambio demográfico es más agudo en Europa que en cualquier otra región, a excepción de Japón. Se calcula que hay 28 europeos mayores de 65 años por cada 1000 habitantes de entre 20 y 64 años. Esto es el doble del promedio mundual.

Aun así, no existe consenso sobre el impacto demográfico de este fenómenos. Mientras algunos ven un proceso de madurez natural de las sociedades en desarrollo, otros prevén consecuencias nefastas como la reducción del crecimiento económico, incremento de sistemas de pensiones pública, así como menos trabajadores en actividad y más jubilados.


Foto principal: The New York Times