Por: Laura Escobar.

La periodista y escritora Gabriela Cabezón estuvo de visita en Lima como invitada del 2do Festival de la Palabra, organizado por el Centro Cultural PUCP del 15 al 19 de abril. Su novela “La Virgen Cabeza” (2009) fue finalista del Memorial Silveiro Cañada de la Semana Negra de Gijón (España) y “Le viste la cara a Dios” (2011) fue el primer e-book en ser escogido como revista del año por la  revista Ñ (El Clarín).

Sobre su producción literaria

Gabriela Cabezón confiesa que su último libro “Romance de la Negra Rubia” (2014) cierra una trilogía de libros rabiosos que tienen lo urgente como referencial, comparten “Lo que está caliente en el mundo”, y son una voz para los marginados de una sociedad sin nación.  

Una característica importante de su escritura es que hay una preocupación constante por la lengua y el uso de la palabra: “Lo que más me interesa hacer es el trabajo con la lengua. Aparte que es una tradición latinoamericana fuerte. Pensemos el primer movimiento estético del continente que exportamos fue el postmodernismo, que tiene ese trabajo, ese preciosismo con la lengua. Me parece que estoy allí.” afirma Gabriela. 

La novela “Romance de la Negra Rubia” es la historia de una artista que se prende fuego (una autoinmolación a lo bonzo) para evitar el desalojo de una comunidad de artistas, sobrevive a sus quemaduras y el juez que había decidido el desalojo da marcha atrás y devuelve a los invasores sus moradas. Con esta victoria la artista con cicatrices se convierte en la pieza de un movimiento artístico de ocupación de viviendas, siendo el tema principal el sacrificio de la artista, que lleva al personaje principal a ganar la aceptación de una sociedad que antes la despreció. 

Para encaminar bien la novela es importante “Encontrar un narrador y una música”, dice la escritora. En “Romance de la Negra Rubia” es la artista bonza quien lleva la narración desde la primera persona, en el caso del personaje de su libro “Le viste la cara a Dios”, se dio cuenta que Beya, la mujer torturada no podía narrar en primera persona a causa de todo el castigo físico al que estaba expuesta. Por eso la escritora plantea que este personaje se desdoble y al tener la consciencia separada del cuerpo puede contar la historia del encierro al que es sometida con distancia. Para Gabriela, el cuerpo femenino puede ser soporte de diferentes discursos, tiene muchas posibilidades concretas y físicas.

Más sobre la escritora 

Después de 18 años como editora de la sección cultural del diario “El Clarín”, dejó dicho trabajo para dedicarse a ser escritora y a dictar talleres. Cuando se le preguntó por sus motivaciones para escribir, responde que para ella fue una manera de terminar de construirse “Sentía que me faltaba algo y no estaba hecha del todo. Me parece que los seres humanos nos construimos con lo que escribimos, con los objetos que damos al mundo.” Comenta entusiasmada.  

También le apasiona dictar talleres de escritura en Buenos Aires, aunque sabe que los principiantes tienen miedo a escribir y es por la idea de lo que la literatura debe ser. “Ya no es una sombra paralizante en nuestro país (Argentina) pero en un momento se pensaba que escribir era lo que hacía Borges… Me parece que en general uno tiene miedo a escribir mal, al juicio ajeno, sobre todo a los juicios propios. Toda una pesadilla de juicios que no tiene mucho sentido.”

Para ella lo mejor de los talleres que dicta es encontrar personas que tienen ganas de desplegar su propia subjetividad y lo que se despliega a partir del amor por la literatura. “Las personas son mejores personas en esas instancias creativas, todos somos mejores personas en esos momentos.” Puntualiza la escritora. 

Gabriela ya está de vuelta en Buenos Aires pero sus libros se encuentran en Lima bajo el sello de la editorial argentina “Eterna cadencia”.