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Las mentiras de una seudo especialista

Por: Rosa Montalvo Reinoso

Publicado: 2015-05-08

Más de 60 mil ciudadanas y ciudadanos del Perú firmaron a favor de una iniciativa legislativa que propone la despenalización del aborto cuando una mujer ha sido víctima de violación. El proyecto de ley N°3839-2014-IC fue presentado al Congreso peruano por varias instituciones que defienden los derechos de las mujeres, entre las que se encuentran DEMUS, Manuela Ramos, PROMSEX, el Centro de la Mujer Peruana “Flora Tristán”, Católicas por el Derecho a Decidir y el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer – Perú. 

El debate de este proyecto ha sido intenso en la Comisión de Justicia, donde se enfrentaron dos posiciones claramente diferenciadas: Una que postula que el aborto en cualquier caso es negarle el derecho a la vida al concebido, y la otra, que propone que toda mujer que vive una violación tiene el derecho a decidir si quiere o no tener el hijo producto de ese execrable delito, que perpetuará la violencia en sus cuerpos y en sus vidas. Como lo señala Marcela Legarde, “durante un tiempo, la violación continúa: la mujer ha internalizado el miedo al violador, que la acompaña en el recuerdo, en la rememoración, en las pesadillas, en las fantasías. La violación deja una huella indeleble en el cuerpo y la subjetividad de la mujer."[1]

Pero ni el dolor de las mujeres ni la posibilidad de que una adolescente trunque su futuro parecen conmover a quienes quieren imponer al resto sus creencias. Para ello se han movilizado y han declarado voces de monseñores y obispos. No conformes con sus propios y nacionales argumentos, a solicitud de la congresista Martha Chávez, dieron la palabra, en el debate sostenido en la Comisión de Justicia, a la ecuatoriana Amparo Medina, directora de Acción Próvida Ecuador. La seudo especialista no sólo repitió los manidos argumentos contra la propuesta, sino que también se expandió en ataques a las promotoras del proyecto de ley, acusándolas incluso de recibir dinero de empresas como Playboy, cosa inverosímil para cualquiera que conoce la militancia feminista y el trabajo y compromiso de estas instituciones. Medina habla con solvencia y seguridad mientras dice cosas sin sentido, como, por ejemplo:

“Lo único que interesa son los réditos económicos. Entonces, yo te enseño a ti a usar anticonceptivos, y como sé que los anticonceptivos van a fallar, también vengo con la siguiente etapa, que es la prevención de enfermedades de transmisión sexual, como es la vacuna del virus papiloma, que ya deja miles de muertes de mujeres del continente y de Europa. La otra opción es que te embaraces y, como no estás prevenida para embarazarte, entonces te doy el aborto. No conforme con eso, vende los bebes abortados, la parte del colágeno, para hacer cremas antienvejecimiento, para hacer cremas, para hacer champús, para fabricar colas, como en el caso de alguna empresa de Coca Cola.”[2]

Incoherencias y especulaciones, insultos, ignorancias explícitas, como la relación que hace entre anticonceptivos y enfermedades de transmisión sexual. Extraña también que, siendo supuestamente una ex funcionaria de la ONU, lo que le da supuesta autoridad para señalar a esta institución internacional como promotora del aborto, confunda el Fondo de Población con una ONG: “Lo que hay es una campaña a nivel internacional de varias ONGs, entre éstas el Fondo de Población de las Naciones Unidas, para impulsar el aborto en nuestro continente”[3]. No está claro si esta seudo especialista fue funcionaria del Fondo de Población o de la GTZ, como señala permanentemente en los testimonios que ofrece, pero lo que sí es cierto es que recorre nuestros países contando una historia creada para generar empatía en un público ávido de milagros, y de dotarle de sentido al discurso que propala. Así, en sus presentaciones públicas, en entrevistas y conferencias, cuenta que fue feminista y guerrillera, miembro de Alfaro Vive Carajo[4]. Pero algo no cuadra en su versión, pues ella afirma que se involucró con Alfaro Vive en el 1988, para ser parte de la guerrilla, y que en los 90 estaba en uno de los mandos altos. “Yo soy la camarada Manuela, desmovilizada desde 1992”, dice con desparpajo[5]. Si alguien conoce un poco del proceso político ecuatoriano, sabe que ya en 1988, Alfaro Vive estaba derrotado militarmente, y que entregó las armas en 1991 al gobierno de Rodrigo Borja.

Siguiendo con su testimonio, afirma: “En 1988, luego de una toma de tierras, caigo por primera vez presa. Fui torturada, escondida, sacada de la universidad de los pelos, con cinco compañeros más, tres de los cuales aún están desaparecidos”.[6] El público se emociona y se solidariza con el testimonio, como cualquier ser humano, y le cree, porque esto sí pasó en toda nuestra América: La tortura y las violaciones de los derechos humanos, de parte de las fuerzas represivas, fueron el pan de cada día durante las dictaduras y los gobiernos represivos de las militancias de izquierda. Sin embargo, hay que señalar que en 1988, en el Ecuador, hubo sólo tres desaparecidos,[7] dos de los cuales son los hermanos Restrepo, a quienes aún seguimos buscando. Se burla del dolor de tantas personas al mentir sobre esas desapariciones. También miente cuando dice que Alfaro Vive se empezó a gestar en el colegio protestante donde la matricularon sus padres cuando comenzaron a vivir en Quito, pues Alfaro Vive se gestó en la Escuela de Sociología de la Universidad Central[8].

En otro de sus testimonios, menciona que a su vuelta, en el 90, a los 21 años, fue supuestamente nombrada asesora del Ministro de Educación de ese entonces, Alfredo Vera, a quien llama su mentor. Y nos sorprende cuando nos cuenta que es un “viejo guerrillero, formador de guerrilleros". No sabemos a qué guerrilleros formó Alfredo Vera, quien era miembro de la Izquierda Democrática desde 1984, pues la guerrilla de Toachi, en la que estuvieron involucrados jóvenes de la Unión Revolucionaria de Juventudes Ecuatorianas de las que él formó parte, fue derrotada en cuatro días, en los años 60. Que le encargaron la política de alfabetización, dice, y que en ese proceso incorporaron toda la ideología de izquierda, según su peculiar entendimiento de la izquierda: “Sacábamos libros de matemáticas donde decía ´el imperialista empresario que roba al obrero´; ese tipo de lecturas para alfabetizar”.[9] Hay que mencionar que en el 90, gobernaba la Izquierda Democrática, partido socialdemócrata, miembro de la Internacional Socialista, y que fue durante ese gobierno cuando se empezaron a dar las reformas neoliberales a la economía, se restringió la formación de sindicatos y se recortaron derechos laborales, por lo que es imposible que hubiera existido ese discurso que ella señala como parte de la política educativa.

Una recreación de su vida mayúscula es la que cuenta sobre su supuesta actuación en el levantamiento indígena ecuatoriano. Dice ella que “en el año 1992, ya había regresado al Ecuador. Voy a la selva y con uno de los comandantes de la selva, decidimos hacer una toma indígena, la primera toma indígena de América Latina”[10]. El problema con esta historia es que guerrilla en la selva ecuatoriana nunca hubo, y el levantamiento indígena en el Ecuador, sin precedentes en la historia, se dio en el año 90 y fue dirigido por los propios pueblos indígenas, que exigían, entre otras cosas, la legalización de los territorios indígenas, la declaración delEcuador como Estado plurinacional y la educación bilingüe e intercultural, todos justos reclamos de los pueblos.

También afirmó la seudo ex guerrillera y ex feminista que cuando era feminista y de izquierda, le decían que habría que matar a los curas, a los ricos, etc. No sé qué mente afiebrada en la izquierda ecuatoriana pudo haber dicho eso, pues ningún grupo, movimiento o partido de izquierda del que tengo referencia tenía ese discurso. Que para convertirlos en revolucionarios, a los curas les ponían mujeres que les coqueteaban, cuenta, como si una feminista utilizara los cuerpos de otras mujeres para estos fines. Que odiaran la maternidad, dice, era parte de su adoctrinamiento, como si las feministas odiáramos ser madres, cuando lo que exigimos es el derecho a decidir serlo o no, y las que hemos optado por la maternidad amamos a nuestros hijos e hijas.

No mentirás, dice el octavo mandamiento, y esta historia está llena de mentiras; de verdades a medias, que es igual que mentir. Lo único en que estamos de acuerdo con esta supuesta especialista es en lo que le habría dicho Alfredo Vera frente a la exigencia, supuesta siempre, de que abortara por parte de la guerrilla: “El derecho a decidir de las mujeres es por si quieren o si no quieren.. Si tú quieres, es tu problema. Eso es derecho a decidir”.[11] Y de eso se trata el proyecto de ley, precisamente, del derecho a decidir: de que otras mujeres tengan la opción que ella tuvo, ni más ni menos.


Escrito por

noticiasser

Una publicación de la Asociación SER


Publicado en

El blog de Noticias SER

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