Nicomedes Santa Cruz entrevista a su hermana Victoria (1969)
En enero de 1969, Nicomedes Santa Cruz (1925-1992) entrevistó a su hermana mayor Victoria Santa Cruz (1922-2014). Ella acababa de tener un destacado paso por México, en las Olimpiadas de 1968, y ya llevaba más de un año de exitosas presentaciones con su grupo Teatro y Danzas Negras del Perú, conformado al regreso de su estada en París (1962-1966). Esta es la única entrevista de la que se tenga registro entre los dos hijos más populares de la familia Santa Cruz Gamarra.
RITMO, RITMO Y MÁS RITMO
Se podría decir que Rafael abrió la trocha, porque siendo el benjamín de la familia y cuando ninguno de los diez hermanos se había lanzado… Pero quizás sería injusto ignorar al padre, don Nicomedes, cuyos dramas y comedias alcanzaron clamoroso éxito en la segunda década del presente siglo, aunque de ello hace tanto… Y entonces tendríamos que recordar a los abuelos Gamarra, pintor de caballete, que a fines del siglo pasado… Pero no, así nos alejamos más y más de nuestro objetivo: Victoria Santa Cruz Gamarra y su gran compañía Teatro y Danzas Negras del Perú, nuestra reporteada de este número.
CUANDO VICTORIA ERA “TOYA”
Nuestros colegios quedaban a escasas tres cuadras en el mismo barrio de Lince (C. E. 458 y C. E. 459, de hombres y mujeres, respectivamente); por tal vecindad, cuando había velada teatral en el colegio de ellas, nosotros íbamos a agüeitar. Uno de los números que más festejábamos era el “Dúo de los Paraguas”
Hágame usted el favor
de oírme dos palabras.
Sólo dos palabras.
Va Ud. a sacarme un ojo
Si se acerca
Con la punta del paraguas…
“Toya” (Victoria) no actuaba, pero todos, niños y niñas, sabíamos perfectamente que los mejores números habían sido preparados por ella: vestuario, utilería, coreografía, etc. Sin embargo, no le dábamos mayor importancia.
Como que tampoco le dimos importancia al equipo de voleibol de ellas; una porque iban a entrenar con nosotros, y nuestro equipo, comandado por Germán Colunga (excrack del “Muni”), era superior (se comprende que, a esta edad, no reparábamos en la diferencia de sexo). Pero cuando el sexteto que capitaneaba Victoria llegó a las finales del campeonato escolar, disputando reñido encuentro con “La Pampilla”, en el estadio Nacional; luego del accidentado encuentro y cuando la página deportiva del diario Universal mostrara un titular a ocho columnas que decía por Victoria: “Una jugadora que vale por medio equipo”… recién empezamos a sospechar que Victoria era algo más que “Toya”. ¡Y vaya que sí lo era!
TEATRO Y DANZAS NEGRAS DEL PERÚ
Victoria, ¿cuál es el mayor problema que enfrenta todo coreógrafo al llevar las danzas del agro a la escena?
El coreógrafo que conozca su oficio y que además haya estudiado el origen y evolución de las danzas folclóricas puede lograr una feliz elaboración de estas, sin traicionarlas.
Lo que sí es necesario que el público comprenda bien es que hay una gran diferenciación entre estilización, mistificación y elaboración.
El caso mío es muy especial. Aprendí las danzas costeñas por tradición (la mejor maestra). (Cuando digo danzas costeñas quiero aclarar que no es justo decir “Danzas de la costa, sierra y negroide”. Las danzas negroides son también de la costa). Así, pues, aprendí las danzas costeñas por tradición, y en mis coreografías hay una elaboración y puesta en escena indispensables en todo espectáculo de calidad, y que no traiciona absolutamente la autenticidad de las razas.
¿Cuál mensaje consideras más importante? ¿Peruanidad o negritud?
Por ahora solo puedo decir una cosa: soy peruana y soy negra. Soy negra y soy peruana… El día que sea una sola cosa, veremos.
¿Cómo explicarías la discriminación racial en el Perú?
Hay muchas cosas inexplicables no solamente en el Perú sino en el mundo entero. Creo que el día que desaparezca el complejo de inferioridad, desaparecerá automáticamente la discriminación.
“HAY, HERMANOS, MUCHÍSIMO QUE HACER…”
¿Piensas, para un futuro inmediato, trabajar en el folklore de toda la costa y sierra peruanas?
Hay muchísimo que hacer en la costa, y, como soy costeña pienso seguir con aquello que ya he comenzado. Iré al norte nuevamente y permaneceré mucho más tiempo, para luego montar una estampa norteña. Es muy bello el norte y su gente es muy simpática. Hay, además, un material folclórico extraordinario. Así, pues, dentro de poco haré norte y sur, es decir, costa de punta a punta.
¿Qué cambios has advertido en tus artistas a causa de la disciplina, toma de conciencia y triunfos obtenidos?
Mis muchachos tenían lo principal: ritmo y sensibilidad. Eso se educa, no se enseña. Desde que están conmigo han hecho progresos notables. Hay un concepto del deber, hay un respeto por sí mismos y por los demás, y, sobre todo, amor al trabajo. Me siento muy a gusto con ellos y ellos conmigo. Actualmente mis muchachos están aprendiendo inglés pues los estoy preparando para nuestra próxima gira. Me gustaría hablar únicamente de ellos, hay tantas cosas importantes que decir…
¿Bajo qué condiciones éticas y estéticas aceptas un nuevo elemento en tu compañía?
Primero, que tenga ritmo; segundo, que tenga ritmo; y tercero, que tenga ritmo. ¡Ritmo, ritmo y ritmo!
¿Y por qué razones rechazarías un postulante?
Si no tuviera las condiciones anteriormente mencionadas.
PARA EL FUTURO: ¡UNA SORPRESA!
¿Qué tal por México?
¿México? ¡Extraordinario! Y el Perú ¡triunfó! Cuidado que había con quién competir: China, Japón, Camerún, Senegal, Etiopía, Alemania, Italia, Rusia, Filipinas, Venezuela, Colombia, Guatemala, etc… Y repito, triunfamos en toda la línea, no solo artísticamente sino como grupo disciplinado.
Tengo que decir que fue muy duro y algún día contaré con lujo de detalles todo aquello, pero en fin, triunfamos y basta por el momento.
¿Proyectos para el futuro?
Muchos proyectos. Estoy en conversaciones con personas interesadas en filmar Malató.
Malató fue presentada en Lima en el año 1961. La he reescrito en París y debo confesar que estoy feliz con mi nueva versión.
Luego agregaré que estoy montando tres bailes más, que trabajaré en la estampa norteña y después, y después… ¡una sorpresa! También diré que he tomado nuevos elementos y que…
¿Pero cuál es la sorpresa?
Pues, si te lo digo y lo publicas ya deja de serlo, ¿no te parece?
Sí me parece, querida “Toya”…
Lo dicho, podría decirse que Rafael abrió la trocha, o que don Nicomedes, o los maestros Gamarra, cuyas acuarelas, oleos y murales dieran tanto que hablar en la Lima, el Santiago y el París del 800… O quizás la madre, doña Victoria Gamarra de Santa Cruz, hija de una gran bailarina de zamacueca y dueña de una melodiosa voz, como que contaba todo el día sin repetir una canción y por las noches arrulló a sus diez hijos canturreándoles décimas en socabón.
Quizás todos hayan tenido algo que ver, directa o indirectamente. Quizás. Pero lo cierto de todo esto es que hay seres que han nacido para cumplir grandes tareas, sacando fuerzas de los más recónditos atavismos, re-creando perdidas voces ancestrales, vivificando muertos movimientos y, por sobre todo, superando los más grandes obstáculos, naturales, accidentales e intencionales (peruanamente “intencionales”).
Tal es el caso de Victoria Santa Cruz Gamarra: pasado, presente y futuro del folklore peruano (ojo: dije peruano y no negroide).
Publicado originalmente en: Revista Oiga, año VII, N° 309, 31 de enero de 1969