Escribe CARLOS M. SOTOMAYOR | Foto: CMS 

Max Palacios observa unos libros mientras me espera en el interior de la librería El Virrey –en el Ovalo Bolognesi, en Miraflores–. Al llegar lo veo en aquel trance e imagino que una sensación de satisfacción lo aborda al constatar lo bien que avanza su proyecto editorial “Lee Perú”, a través del cual edita una serie de libros de autores peruanos en ediciones sencillas y al alcance de miles de jóvenes que los esperan con fruición en diversos colegios de Lima. A Max lo conozco desde hace ya bastante tiempo. La primera referencia suya la tuve cuando apareció, allá por el 2001, su novela debut Con el diablo dentro. Lo conocería personalmente un tiempo después cuando publicó, escalonadamente, los libros de cuentos Amores bizarros (2003) y La culpa la tiene Nabokov (2005).

     No es su obra literaria lo que nos reúne ahora. Su sello Bizarro ediciones, con el que inició un camino de editor paralelo a la de escritor y docente, abrió una serie juvenil que busca fomentar la lectura en los estudiantes peruanos. Tras un apretón de manos inicial, nos dirigimos a una mesa del fondo de la librería.

     –Max, cuéntame cómo surge la idea de crear la serie juvenil de Bizarro ediciones.

     –Después de trabajar cinco años como editor independiente, promocionando a jóvenes escritores, con la experiencia adquirida pensé que ya era el momento de ingresar a las ligas mayores y editar a autores de prestigios para implementar el Plan Lector en los colegios públicos y privados del país, ofreciendo libros juveniles, amenos y divertidos para los jóvenes y adolescentes.

     –En qué consiste exactamente el Proyecto Lee Perú.

     –Lee Perú es un proyecto social que consiste en involucrar e incentivar a la lectura a los ocho millones de estudiantes del Perú y a los maestros y padres de familia. Dado el bajo índice de lectoría en el país (somos el último en niveles de lectura y comprensión lectora) es necesario realizar una cruzada nacional, que involucre a toda los estamentos de la sociedad peruana, para poder revertir esta situación. Y aquí debemos recurrir a la empresa privada para poder poner en marcha este proyecto.

     –Cómo has manejado el criterio de elección de los títulos y los autores?

     –En primer lugar, se trató de elegir libros que abordaran una temática juvenil (el tema del amor, la amistad, la aventura, el misterio, el terror son algunos referentes). Por otro lado, convocamos a aquellos autores que iban a sintonizar con los lectores juvenil, es el caso de Alonso Cueto, Fernando Ampuero, Guillermo Niño de Guzmán, Santiago Roncagliolo, Javier Arévalo, Gustavo Rodríguez, Raúl Tola, Richar Primo, Enrique Planas, Jorge Eduardo Benavides, entre otros autores. Finalmente, ya a nivel editorial, elegir buenos títulos, un buen diseño de portada y un excelente diagramado de interiores–, me dice mientras me muestra algunos de los libros de la colección. Destacan autores de reconocida trayectoria.

     –¿Qué respuesta encontraste en los autores convocados?

     –La respuesta fue muy positiva dado que les expliqué el proyecto de lectura y, en todos los casos, respetamos mucho el tema de los derechos de autor. Como me lo dijo uno de los autores convocados, el tema de la edición es un tema de confianza: si tú no confías en tu editor, las cosas no salen bien.

     Recuerdo en este momento de la charla, por algunas fotografías que he visto, que Max Palacios ha llevado a muchos de esos autores a los colegios, para que interactúen con los estudiantes que los han leído con gran entusiasmo.

     –¿Qué tal la experiencia de llevar a los autores a los centros educativos? –, le pregunto, curioso.

     –Es una experiencia maravillosa, tanto para los estudiantes como para los autores, porque ambas partes entran en contacto directo y se produce una empatía general: los jóvenes porque ven a sus escritores preferidos y los autores porque ven a los futuros lectores de los años venideros. Todos salimos ganando.

     La charla va llegando a su fin. Sin embargo, no puedo evitar hacerle una pregunta sobre un tema que nos preocupa a todos los que estamos inmersos en el mundo editorial.

     –Como Editor, ¿qué piensas de la posibilidad que no se prorrogue la exoneración de impuestos al libro?

     –Sería una situación bastante complicada dado que a la ya mermada y alicaída actividad editorial se le privaría de la posibilidad de ofrecer libros de autores peruanos a bajo costo. La situación de la lectura en el Perú es un tema de interés nacional por el cual nunca a existido una política de Estado. Y, si el Estado no quiere involucrarse, lo menos que puede hacer es quitarle este beneficio a la labor editorial. Por ello es necesario convocar al gremio de editores para exigir la prórroga de esta exoneración.

     Max posa para las fotografías junto a sus libros. Ya no sólo imagino su satisfacción por el proyecto Lee Perú, lo constato en la sonrisa que lo envuelve al contemplarse, a través de la pantalla de mi pequeña cámara, junto a su trabajo. Un trabajo, el de editor de libros, que en un país como el nuestro, resulta a todas luces encomiable.