Los meses de negociaciones entre Grecia y el Eurogrupo cansan. Cuando uno cree que hay pasos adelante, lo que siguen son pasos atrás. Y es que la lucha del gobierno griego es una en la que no quiere claudicar, sobre todo no quiere ir contra sus promesas electorales. Más de una vez hemos leído que Alexis Tsipras ha dicho que antes de aplicar la receta de ajuste propuesto por el Banco Central Europeo (BCE), Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Europea (CE), recurriría a un referéndum griego porque no podría aceptar perjudicar a los ciudadanos que él representa. Cientos de papeles se han redactado y leído en cada propuesta elaborada, y aunque los griegos se han mostrado optimistas muchas veces y han cumplido con los pagos a sus acreedores, el poder europeo pone contra la pared a ese país.

Hoy, el ministro griego de Finanzas, Yanis Varufakis, habló: "Grecia ha dicho basta y ahora los europeos deben tomar decisiones ... No vamos a firmar una prórroga de la crisis. Firmaremos solo una salida de la crisis... El pueblo heleno no quiere un gobierno que continuamente firme prórrogas de la crisis".


La troika se manifiesta

En respuesta a ello, el presidente del BCE, Mario Draghi, emplazó a todas las partes implicadas a dar el último paso para lograr un acuerdo con Grecia lo antes posible, pero insistió en que "la pelota la tiene el gobierno griego.

Subrayó que la decisión de desembolsar nuevas ayudas a Grecia y de decidir si se finaliza la revisión del actual programa es sólo del Eurogrupo, pero que el BCE "está haciendo todo lo posible por lograr un resultado exitoso" en estas negociaciones.

Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, admitió la falta de avances en las negociaciones con Grecia sobre el rescate. Y amenazó con no volver a la mesa de negociaciones si ese país no presenta nuevas "propuestas serias" en materia de reformas que respondan a las exigencias de sus acreedores. 

"Aunque se hicieron algunos progresos, las conversaciones no tuvieron éxito, ya que sigue habiendo una brecha significativa entre los planes griegos y las exigencias conjuntas de las instituciones", señaló un portavoz de la CE a las agencias de noticias. 

Lo cierto es que al igual que el BCE, la CE deja toda la responsabilidad en manos de Tsipras.

En tanto, el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, ha afirmado que para que Grecia y sus acreedores lleguen a un acuerdo "creíble" es necesario que ambas partes adopten decisiones y compromisos "difíciles".

Desde su punto de vista, una reducción de los objetivos de superávit primario llevará a un ajuste fiscal y económico menos doloroso para Grecia, pero exigirá también más financiación externa y alivio de la deuda por parte de sus acreedores. Algo contrario a lo propuesto por Varoufakis: empezar de cero con el plan de rescate de Grecia".


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