Alemania registró el año pasado 990 actos violentos con una motivación ultraderechista, un 24 % más que en 2013, con un aumento "más que alarmante" de los ataques a albergues de refugiados, según denunció hoy en Berlín el ministro del Interior, Thomas de Maizière.  

El informe de 2014 de la Oficina Federal de Protección de la Constitución, los servicios secretos de Interior, recoge 170 delitos contra esos albergues (desde delitos de propaganda a daños), frente a los 55 del año anterior; en el primer semestre del año, se han registrado ya 150 ataques.

"Cada uno de esos ataques es un ataque al estado de derecho", subrayó De Maizière en una rueda de prensa en la que alertó del "clima del miedo" que algunos grupos de extrema derecha promueven en determinadas poblaciones y pidió acabar con cualquier tipo de "silencio comprensivo" ante esos actos.

Las noticias de los días previos a la presentación del informe confirman el clima denunciado el ministro, con incendios provocados en dos instalaciones para solicitantes de asilo en las localidades de Meißen (este) y Lübeck (norte), ambos todavía vacíos, y sucesivas protestas xenófobas ante un albergue situado en Freital (este).

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De Maizière subrayó el compromiso de las fuerzas de seguridad para luchar contra estos delitos y reivindicó el derecho de todos los refugiados a sentirse seguros en Alemania.

Según las últimas cifras de la Oficina Federal para la Migración y los Refugiados, el país ha recibido entre enero y mayo 125.972 peticiones de asilo, un 126,7 % más que en el mismo periodo de 2014.

El ministro reconoció "la preocupación y las preguntas justificadas" que pueden plantearse muchos ciudadanos ante esas cifras, pero advirtió de que "no puede haber ningún tipo de comprensión" para la violencia.

Según el informe presentado hoy, se estima que unas 21.000 personas forman parte de círculos de extremaderecha en Alemania y que una cuarta parte de ellos -5.600- pueden calificarse de "neonazis", cifra que ha bajado ligeramente respecto a 2013 (5.800).

Frente a ellos, alrededor de 27.200 personas engloban los círculos de extrema izquierda y las fuerzas de seguridad consideran que 7.600 serían potencialmente violentos.

El estudio recoge un descenso de los actos violentos de estos colectivos (995 en 2014), aunque De Maizière alertó de la creciente "aceptación" de la violencia en los últimos años en los grupos de extrema izquierda, con las fuerzas de seguridad como uno de sus principales objetivos.

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El tercer capítulo del informe está dedicado al islamismo y al terrorismo yihadista, con 43.890 personas clasificadas como "potencialmente islamistas" y 7.000 de ellas (1.500 más que el año anterior) encuadradas en los círculos salafistas, "campo de reclutamiento" de nuevos combatientes para la denominada "guerra santa".

De Maizière ratificó la "especial preocupación" de los servicios secretos antes los extremistas que viajan a países como Siria o Irak y regresan después a Europa con experiencia de combate.

Se estima que 700 personas han partido desde Alemania a esos territorios para unirse a grupos terroristas como el Estado Islámico.

Como ya manifestó tras el reciente atentado registrado en el este de Francia, el riesgo de un ataque en Alemania sigue "invariablemente alto".

"Los éxitos militares del denominado Estado Islámico y la proclamación del 'califato' han dado una nueva dimensión a la amenaza terrorista", advirtió el presidente de la Oficina de Protección de la Constitución, Hans-Georg Maaßen (EFE).

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