Cuando vi el trailer y leí que varios actores del elenco no  darían su apoyo a la promoción de la película, pensé que la cinta como tal sería un fiasco. Grata fue mi sorpresa al ver que no es tanto así y que por lo menos, en lo audiovisual, la película está bien cuidada, las actuaciones son dignas y el guión siquiera tiene coherencia, algo que no ha sucedido en varias películas nacionales que se estrenaron a nivel comercial este año.

Manejar un reparto coral es complicado, porque hay que saber distribuir bien los roles y no tener la complicación de que unos sean mejores que otros. Es quizá ese detalle el que termina fastidiando a La Herencia, porque la historia crece cuando aparecen ciertos personajes en escena y decae cuando son otros lo que están en pantalla. Si me centro en ese detalle, debo destacar la pareja que forman Armando Machuca y Aldo Miyashiro, quizá los más graciosos y divertidos del reparto. Pese a que por momentos lucen a sus personajes demasiado estereotipados, es Machuca el que impregna humor a gran parte de la historia, ya que se nota que es el más relacionado, dentro del elenco, con la comicidad que se intenta transmitir.

La historia es simple, obvia y con momentos marcados. Uno ya sabe como va a terminar y solo requiere que el desenlace sea quizá sorpresivo. Ese es otro punto flojo de la película, ya que el epílogo resulta demasiado tonto, cargado de mucho azúcar y lo evidente resulta poco agradable. El dizque villano o malo de la historia, resulta muy pobre en su papel, habiendo un mal manejo del conflicto dramático que la película intenta contar.

Puntos flojos son las apariciones de Korina Rivadeneira (muy robótico su personaje), Alessandra Denegri (llena de clichés) y lo de Liliana Trujillo, de quien esperaba algo mejor. Aparte de la pareja gay ya mencionada anteriormente, destaco la labor de Claudia Dammert (manejo bien su rol de locura), del niño Matías Raygada y de Tatiana Astengo. Otra cosa que mencionar, es que felizmente mejoraron el aspecto más criticado en los trailers, que era lo referido a las animaciones. Los patos lucieron más auténticos que en los avances y la ambientación de los exteriores fue mejorada, con lo cual se presentó una película decente en el aspecto técnico.

La Herencia es una película agradable que respeta al espectador. No causará muchas risas, no será quizá la historia tan genial que uno esperaría de una comedia, pero no llegar a ser degradante en lo visual. Quizá con una mejora en el guión (un relato más arriesgado y menos previsible) hubiera funcionado mejor. Eso quedará para la experiencia.

Dirigida por Gastón Vizcarra.