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¿Qué puedo saber de ti si no conozco tu historia?

Por: Andrés Napurí

Publicado: 2015-07-25

¿Cómo me puedo ver en ti si no conozco nada sobre tus luchas, tus decepciones y tus deseos? ¿Cómo puedo reconciliarme contigo si siempre hablo de ti desde mi vida? ¿Cómo puedo siquiera hablar de ti si siempre te he tratado como otro? ¿Qué sé de ti? Temo que nada. Solo sé lo que cuentan, lo que pienso, y hoy te pido disculpas por ser tan hipócrita. Si tengo algún pendiente contigo, ese es, precisamente, conocer la historia de tu vida. 

Desde nuestra tradición, muchas veces hemos dado por sentado que a partir del diálogo uno logra darle sentido a las ideas de quienes nos rodean. Sin embargo, nuestra historia debe ser la evidencia más clara de que no sabemos cómo dialogar con nuestros vecinos o con los ciudadanos, en general, de este territorio. Tan así es, que ellos —los otros— siempre son representantes de nuestros mayores prejuicios y de los peores valores de nuestra sociedad: El indígena es visto como un ser antropófago, inútil y salvaje. En ese sentido, son inacabables los ejemplos de racismo y las distintas formas de discriminación en las entidades del Estado, los medios de comunicación y entre peruanos.

Mientras más ignota sea la vida de aquellos desfavorecidos por nuestra historia, mucho más difícil será que la mayoría de ciudadanos pueda identificarse y comprender cuáles son sus demandas. Entendamos que la mayoría de conflictos sociales carece de respaldo popular precisamente porque un grupo importante de la población no se identifica con sus demandas. De seguir así, las víctimas de los conflictos siempre se verán desatendidas y seguirán incrementando la ya inmensa deuda que arrastramos desde el siglo pasado.

Entonces, las preguntas «¿qué sé de ti? ¿Cómo me puedo ver en ti?» no son para nada inocentes. Son preguntas necesarias para atender —desde otro frente— los conflictos de nuestra sociedad tan herida. No basta con reproducir los crímenes que se cometieron y denunciarlos. Tampoco basta con narrar estas historias desde una posición privilegiada. Necesitamos visibilizar las historias de vida de los peruanos, no como un ejercicio académico, sino como una OPORTUNIDAD para que su voz tenga mayor alcance. También como una oportunidad para destacar que nuestra diversidad exige distintos sacrificios de cada uno de nosotros. ¿Qué significa vivir a horas de una posta médica con hijos enfermos? ¿Qué significa ser indígena en un país que discrimina al indígena? ¿Cómo sobrellevar la distancia y la austeridad todos los días? ¿Quién puede realmente responder estas preguntas? Muchísimos peruanos sin voz.

La APUESTA por sus historias de vida nos permitirá conocer mejor cuál ha sido la naturaleza de su propia gesta. Al visibilizar sus conflictos, podremos humanizar su demanda y comprenderla. Asimismo, dejaremos de hablar de peruanos que retienen de manera egoísta los recursos de «todos nosotros», para comenzar a reconocer a muchos peruanos que van en legítima demanda por proteger su hogar y los recursos que acompañaron toda su vida. Si aspiramos a una sociedad más justa, requerimos de un espacio donde las distintas voces sean escuchadas. Precisamos conocer las vidas de muchos peruanos.


Escrito por

noticiasser

Una publicación de la Asociación SER


Publicado en

El blog de Noticias SER

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