Todos nos indignamos por Aylan Kurdi, pero en Perú también hay refugiados tratando de pasar la frontera y ellos ¡también están huyendo de una guerra!
Esta semana cinco niños sirios murieron ahogados cuando el bote en el que trataban de huir de su país, naufragó. Sin embargo, los sirios no son los únicos que tratan de escapar de la guerra, del hambre o de la miseria. Hace tres años que Perú, nuestro país, viene recibiendo una fuerte oleada migratoria de colombianos que buscan un mejor futuro, no aquí, sino en Chile.
Muchos de ellos son víctimas de la trata de personas, de la prostitución, de la xenofobia, abuso de autoridad y una creciente mafia de coyotes para sortear los limítrofes campos minados. Eso es lo que se vive en Tacna y como en la mayoría de tragedias, también hay niños que pasan por las manos de los traficantes de migrantes, pero hasta que no exista una muerte impactante, el problema permanecerá invisible.
Si te indignaste y despotricaste contra Maduro por la expulsión de los colombianos de Venezuela, en Chile tampoco los quieren. Perú empieza a creer que ese es el camino.
De esta guerra huyen los colombianos
Una de las ciudades más afectadas por esta guerra silenciosa es Buenaventura, en Colombia. Además de la pobreza, deserción escolar y niveles de analfabetismo, el puerto de Buenaventura se ha convertido en el escenario de una de las más sangrientas guerras que libran las bandas de narcotraficantes para controlar la salida de droga por el Pacífico.
Al mismo estilo que la serie norteamericana Breaking Bad, el no respeto de los territorios comandados por distintas bandas, acaba con la pena de muerte, en muchos casos a manos de descuartizadores. La población no se salva porque la extorsión se ha convertido en ley, el final para los que no cumplen con lo que piden los extorsionadores es el mismo: descuartizamiento.
Connectas, la plataforma para el periodismo de las Américas, realizó un especial sobre esta situación el año pasado:
"Entre enero de 2013 y septiembre de este año (2014), 28 personas fueron descuartizadas en la ciudad. Como muchos desmembramientos fueron cometidos en una misma vivienda, ahora en la ciudad se habla de las “casas de pique”.
El resultado: 13 mil ciudadanos de Buenaventura dejaron la ciudad el año pasado. En cifras, en el 2013 hubo 3329 homicidios, 38 secuestros y 601 extorsiones.
“La familia de Pablo Escobar no va pa’ Chile” y se queda atorada en Perú
En teoría, cualquier ciudadano de sudamérica podría entrar a otro país de la región sin más documento que su pasaporte o, su documento de identidad. En la práctica, las autoridades migratorias chilenas han optado por la discrecionalidad. Hasta setiembre de 2014, "2.365 colombianos han sido devueltos del puesto control de Chacalluta en la frontera de Perú con Chile."
En Tacna existe una pequeña plaza llamada "El muro de los lamentos" donde los colombianos que han sido rechazados van a llorar su suerte, a mirarse las manos y a esperar que al día siguiente la fortuna y el agente de migraciones chileno les sonría y les deje entrar.
Uno de los casos recogidos en Tacna fue el de James Murillo un afrocolombiano que llevaba durmiendo tres días en el suelo sin un centavo en el bolsillo. Llegó a Tacna, Perú, “corrido” de la violencia de su país. A él y a toda su familia les quitaron sus bienes y casi la vida. James no quería identificar a quiénes lo amenazaban, decía que eran los grupos paramilitares, las bandas, sobre todo las bandas, pero no podía contar más.
James tenía una carta de desplazado, con la que automáticamente podía pasar, pero llevaba tres días sin un centavo para llegar a la frontera.
Otro de los casos era el de Edgar Daza de 58 años. Él no pensaba regresar a Colombia. Bajo ninguna circunstancia.
–Yo me le tiro a un carro porque para qué voy a volver sin plata. Llevao. Yo me le tiro a un carro y el gobierno de aquí pues que me entierre.
El caso de las colombianas es aún peor. Si quieren pasar la frontera solo les queda o la prostitución o recurrir al tráfico de migrantes. Connectas recogió el caso de una familia de 5, con dos niños y la madre embarazada que atravesaron la frontera pagando 120 dólares cada uno.
Perú va por el mismo camino
Para realizar el reportaje de Connectas, se conversó con las autoridades migratorias de Perú, Chile y Colombia. Yo estuve encargada de la parte peruana y después de cruzar cifras y conversar con varias autoridades peruanas, muchas de ellas coincidieron en que era hora de que Perú endureciera también las fronteras. ¿Por qué? Porque se señalaba y creía que los colombianos eran responsables de la delincuencia creciente del Perú.
- ¿No ve que la semana pasada han capturado a una banda de colombianos? - me dijo una autoridad migratoria a manera de excusa.
Parte de esto se evidenció cuando Daniel Urresti, entonces Ministro del Interior, anunció la expulsión de varios ilegales que permanecían en el Perú.
Es cierto que hasta ahora se ha practicado la política de puertas abiertas para los extranjeros, sobre todo después de la época del conflicto armado interno, cuando nadie quería venir al Perú. Ahora la situación ha cambiado y la economía ha mejorado, y se hacen todos los esfuerzos para creer que Perú es una tierra en la que vale la pena invertir. Sin embargo, no basta con expulsar ilegales colombianos que vienen arrastrando un drama tan terrible. El problema no son los colombianos sino el diseño de las políticas migratorias peruanas.
*Aquí el enlace al especial sobre El Nuevo Éxodo Latino. El drama de los colombianos en Sudamérica.
Escrito por
Periodista clásica. Leo, investigo, escribo y, como no puede ser de otra manera, me involucro. Ahora en París, ayer en Lima.