Dos supuestos yihadistas fueron los autores del atentado suicida que el pasado sábado pasado mató a más de 100 personas durante una marcha pacifista en Ankara, según informaciones recogidas hoy por la prensa turca, aunque el Gobierno insiste en implicar también a la guerrilla kurda del PKK.
Fuentes policiales citadas por varios diarios identifican a los terroristas como los ciudadanos turcos Yunus Emre Alagöz, cabecilla de una red de apoyo al grupo terrorista Estado Islámico, y Ömer Deniz Dündar, miembro de la misma red.
Ambos figuran en la lista de 21 personas sospechosas de vínculos con el Estado Islámico distribuida por la Policía y filtrada ayer a la prensa.
Un hermano de Alagöz fue el autor del atentado suicida en el que el pasado 20 de julio murieron 33 activistas de la izquierda prokurda, el mismo colectivo que fue víctima del ataque del sábado.
El diario Milliyet informó hoy de que las cámaras de seguridad habían captado imágenes de Alagöz en el lugar del ataque.
El rotativo Hürriyet recoge unas declaraciones del padre de Dündar en las que se muestra destrozado por la posible implicación de su hijo, pero advierte de que ya había alertado a las autoridades de su deriva extremista.
Tras aparecer esas informaciones, la Fiscalía de Ankara decretó hoy la prohibición temporal de difundir noticias relacionadas con el doble atentado suicida.
Aunque el primer ministro, el islamista Ahmet Davutoglu, ya declaró el lunes que la pista yihadista es la principal línea de investigación, hoy aseguró que hay una "alta probabilidad" de que en el atentado haya estado también implicada la guerrilla kurda del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
"Al profundizar en las investigaciones, especialmente al observar los movimientos de cuentas de Twitter y varias direcciones de IP, concluimos que hay una alta probabilidad de que tanto el PKK como el Estado Islámico hayan desempeñado un rol activo en el ataque", dijo Davutoglu.
Estas declaraciones causaron cierto estupor porque el laico y marxista PKK es enemigo acérrimo de los movimientos yihadistas, tanto en Turquía como en Siria, donde grupos afines a la guerrilla kurda combaten a los extremistas islámicos.
Tanto el Gobierno turco como el presidente del país, el también islamista Recep Tayyip Erdogan, han insistido en relacionar de alguna manera el atentado contra la marcha pacifista con los ataques de la guerrilla kurda a soldados y policías turcos en los pasados meses.
Erdogan condenó el atentado como un "abominable ataque contra la unidad y convivencia", pero agregó que "no se distingue en nada de los actos de terror contra ciudadanos inocentes, funcionarios, policías y soldados", en referencia a los ataques del PKK.
Por su parte, la oposición de izquierda turca, tanto los kurdos como los socialdemócratas, han acusado al Gobierno de dirigir muchos más esfuerzos en acosar, detener y encarcelar a activistas de la izquierda que a perseguir las redes yihadistas.
También acusan al Ejecutivo de fallos en la seguridad, y en el socialdemócrata CHP, el principal partido de la oposición, se ha exigido la dimisión de los ministros del Interior y de Justicia.
De momento, han sido suspendidos solo el director general de Policía de Ankara y dos subordinados en el marco de la investigación del atentado del pasado sábado.
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Texto de EFE y foto de cabecera de Reuters