Retos y desafíos del Ordenamiento Territorial
Artículo Publicado en la Revista RENADES - N°4 - 2015
Lo que está en disputa es el control sobre los recursos naturales, es decir, nuestro país es hoy el escenario de un intenso proceso de reconfiguración de la forma como se ocupa y se utilizan los territorios.
El pasado 2 de julio se realizó el foro macro regional “Retos y desafíos del Ordenamiento territorial en el Perú”. Este foro responde a la necesidad reflexionar sobre la manera en que en los últimos años se ha usado y ocupado nuestros territorios, y como esto está ocasionando desequilibrios territoriales e impactos ambientales. Así mismo estos procesos se relacionan directamente con temas centrales en la actual coyuntura electoral que atraviesa el país: la descentralización y la planificación del desarrollo. En este artículo desarrollo algunas ideas interesantes, que fueron elaboradas en el marco del foro, y que merecen seguir reflexionándose.
El actual contexto nacional marcado por la alta conflictividad socioambiental, los desequilibrios ambientales y territoriales, la necesidad de armonizar distintas actividades económicas en los territorios, principalmente la agricultura y la minería, así como la necesidad de generar un modelo de desarrollo acorde a nuestra realidad, pone en primer plano la importancia de un debate profundo sobre cómo planificar y articular el desarrollo local, regional y nacional. Por ello, el debate sobre el ordenamiento territorial, sus avances, aciertos, limitaciones y retos es fundamental, al ser el OT una herramienta importante, que debería definir usos y ocupación sustentable de los territorios, que nos permita generar una mejor calidad de vida para todos y todas.
Todo este panorama ha generado un marco en el cual, actualmente en el Perú, y de forma particular en cada región, lo que está en disputa es el control sobre los recursos naturales, es decir, nuestro país es hoy el escenario de un intenso proceso de reconfiguración de la forma como se ocupa y se utilizan los territorios. La clave de ese proceso es una intensa disputa por el poder, es decir por el control de los recursos naturales, recursos humanos, y recursos simbólicos(1).
Esta realidad, pone en primera plano la necesidad de generar procesos de ordenamiento territorial, que sean vinculantes, participativos e inclusivos, de tal forma que la forma en que se usa y ocupa el territorio sean expresión de un proceso de toma de decisión concertado. No obstante, aún nuestro país adolece de una política pública nacional de ordenamiento territorial. No existe ni a nivel nacional ni regional una herramienta de gestión territorial, que articule los diferentes planes de desarrollo, los planes sectoriales, los programas sociales, y que permita que toda actividad socioeconómica se realicen en un marco de planificación del desarrollo, que sea económicamente viable y ambientalmente sustentable.
La respuesta desde las regiones a este contexto adverso ha sido continuar promoviendo sus procesos de OT desde la ZEE, lo cual evidencia un interés por gestionar adecuadamente su territorio. Algunas regiones siguiendo la metodología oficial del MINAM (Cusco, Ancash, Piura, Ayacucho) y otras innovando metodológicamente en el camino generando aportes para los procesos de otras regiones (Cajamarca, San Martín). Pero también desde el nivel más local, las provincias y distritos, han respondido de la misma forma promoviendo procesos de ZEE, poniendo en evidencia la necesidad de fortalecer el proceso descentralización desde la articulación de las diferentes experiencias locales y regionales de gestión territorial que se desarrollan a nivel nacional.
Todo este panorama se complejiza actualmente, ya que existen todo un conjunto de procesos que podemos llamar “no formales”, los cuales se vienen desarrollando principalmente por comunidades campesinas, caseríos o pueblos indígenas, sobre todo en zonas de la sierra y selva de nuestro país. Estas experiencias, no están siendo tomadas en cuenta en los procesos “formales”(2) , y se pierde de vista sus aportes en la construcción de una gestión territorial participativa, concertada e inclusiva, a partir de la articulación de saberes locales/ancestrales con saberes académicos/universitarios. Así mismo están permitiendo visibilizar el rol que cumplen hombres y mujeres en el territorio, aunque a pesar de esto, aún es limitado el acceso de mujeres a los espacios de decisión. Estas experiencias, contribuyen a configurar escenarios favorables para prevenir conflictos socioambientales, mejorar la situación ambiental y territorial en las regiones y lograr una adecuada calidad de vida para todos y todas.
Todo este conjunto de experiencias, tanto las formales como las no formales, se vienen desarrollando en las distintas regiones, provincias y distritos. Lo cual hace necesario profundizar el proceso de descentralización, que permita que las regiones tomen decisiones en su territorio, con la participación de todos los actores presentes en el territorio, que obviamente incluye a las instituciones gubernamentales de carácter nacional. Así mismo, profundizar la descentralización en este periodo es clave, sobre todo cuando en estos últimos años, se está generando un proceso de recentralización gubernamental, a partir sobre todo de dos procesos: la deslegitimación de los gobiernos regionales y locales, sobre todo por casos de corrupción y por casos de baja ejecución presupuestal. Este proceso de recentralización se evidencia sobre todo en el recorte presupuestal de las regiones, que en Cusco por ejemplo llegó a disminuir en S/.95 millones, sumado a que es en el MEF donde finalmente se aprueban o no, la ejecución del presupuesto regional.
En un año pre electoral como este, elaborar propuestas para construir el tan ansiado desarrollo es de suma importancia. Esto implica desarrollar procesos de planificación de corto, mediano y largo plazo, pero sobre todo articular las acciones a realizar en los distintos niveles territoriales, es decir que haya coherencia entre los niveles locales, distritales, provinciales regionales y nacionales. Estas propuestas necesariamente deben partir desde las regiones, y en el proceso de articularse entre sí, se debe generar una propuesta nacional. Siendo el Perú un país megadiverso, no pueden generarse propuestas que se apliquen en todas las regiones, sin tomar en cuenta sus particularidades.
Eventos como el foro macroregional “Retos y desafíos del Ordenamiento territorial en el Perú” están buscando visibilizar temas relevantes para el conjunto de la sociedad peruana. Debemos trabajar para que las propuestas que están siendo generadas a partir de este tipo de eventos, sean tomadas en cuenta en las distintas gestiones, tanto a nivel regional como local, que permitan construir alternativas al desarrollo desde lo local a lo nacional y construir vida digna para todas las poblaciones.
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1 Eduardo Cáceres. Presentación en el foro macroregional “Retos y desafíos del Ordenamiento territorial en el Perú”
2 Al hacer referencia a procesos formales, me refiero a aquellos que están contemplados en el Plan Operativo Bienal de Zonificación Ecológica y Económica promovidos por el MINAM.