Claro; estoy de acuerdo en que caminar hacia la nostalgia no fue una de mis mejores decisiones el día de hoy, o que seguramente confiar en el modo aleatorio del celular no evita oír las añoranzas intrínsecas convertidas en canciones. Sin embargo, debía confirmarlo, debía confrontar lo que, en vano, trataba de negar. Acostumbro desconfiar, mas ya tenía suficientes razones para pensar que esta vez iba en serio.
Eran cerca de las 2 de la tarde, y debía volver a la facultad dentro de 2 horas más. Fue en ese instante que recibí una súbita llamada avisando lo que temía: Marina Park ya era tan solo un pequeño poste con el único imagotipo que ostentaba desde el 98. Definitivamente debía ir caminando. Al llegar, pues tan solo me limité a recorrer la mitad de su perímetro -los lados por donde uno podía ingresar hace años. Ya no se trataba de solo un edificio más echado a perder, este era especial, era recuerdo, e incluso pudo ser futuro: ya iba olvidando, dentro de varios años más, la idea de presentar este magnífico lugar a mis hijos.
No puedo negar algo que es inherente, son muchos los lugares como este que comienzan generando enormes expectativas, y que, tras el pasar de los años, se vuelven pilas de escombros. Quizá deba dejarlo ir. Había llegado temprano, obviamente a la universidad, y no dude en seguir con el tema -no me importó si quiera la práctica que debía rendir en una hora.
Lo que iba concluyendo, luego de mucha conversa con personas que sobre todo, viven en San Miguel y conocían el lugar, resultó más denso de lo que pensaba´. No eran respuestas claras.
Sin embargo, las respuestas más interesantes surgían de mis propias cuestiones: ¿Acaso disfruté Marina Park? Por supuesto que lo hice, pero quisiera haberlo hecho más, quisiera no haber pensado que tras cambiar de distrito aún podía seguir visitándolo, quisiera visitar una vez más aquel cine UVK -con un diseño muy distinto a los demás, quisiera percibir nuevamente en todo el lugar aquel inconfundible aroma de la máquina de pop corn, quisiera volver a pedirle a mi papá que me tome una foto con aquel enorme póster de Superman Returns, quisiera seguir gastando mis 3 soles inútilmente en el MOY Park de al lado canjeando fichas y más fichas, quisiera tener 7 años y seguir viendo el enorme Tagadá -añorando el momento en que pueda subirme.
Quisiera que no desaparecieras, Marina Park
Quizá deba dejarte ir.