Cuando George Lucas, el creador de la saga y el universo de Star Wars, decidió lanzar la trilogía de precuelas que se había anunciado al titular la trilogía original como episodios IV, V y VI, tuvo la oportunidad de cerrar el círculo no solo de la historia de Dart Vader, sino de la estructura narrativa general de su saga. La narración del origen de uno de los más grandes villanos de la historia del cine pudo haber sido un complemento para un universo que ya en sus películas originales mostraba una profundidad filosófica sorpendente -en especial por no estar basadas en una serie de libros-.
Sin embargo, una serie de errores que empiezan con Jar Jar Binks y terminan con los berrinches insufribles de Anakin Skywalker han hecho que la trilogía de precuelas sea incluso considerada por algunos como ajena al canon de Star Wars, y con razón: el resultado de su narración es un Dart Vader nacido del engreimiento y pataletas de un niño privilegiado, incapaz de la profunda inquietud y vértigo del Vader que se recupera a sí mismo al final del Episodio VI.
Ahora que ha salido a la luz -y no ha decepcionado a los fans- el Episodio VII, David Houghton, un colaborador de Games Radar+, ha vuelto a ver la trilogía que Lucas estrenó entre 1999 y 2005 y ha hecho un descubrimiento interesante: desde el punto de vista conceptual, Lucas tenía entre manos la trilogía perfecta... y la arruinó para siempre.
Lee abajo nuestra traducción de la teoría/postulado de Houghton, que nos hace desear que suceda una de dos cosas: que sea posible retroceder en el tiempo para que Lucas escuche todo esto antes de hacer sus películas o que Disney se entere y haga un remake de la historia de Anakin.
"Star Wars siempre se ha tratado de una moralidad binaria y en blanco y negro. En la trilogía original, eso funciona bien. Los buenos son marginales y los malos son un imperio galáctico fascista al que no le importa volar a pedazos un planeta poblado solo para entretenerse. En el mundo más grande y complicado de los días anteriores al Imperio, sin embargo, las cosas son -y deberían ser- más matizadas.
"Aunque puedan ser unos hippies samurais viejos y felices en la trilogía original, los Jedi del periodo de la precuela son organizados, prolíficos y mucho más militarizados, además de ser una facción de conservadurismo duro, increíblemente rígidos en su doctrina, código y métodos. Están en todas partes, nadie los reta y quizá son demasiado poderosos. Tienen restricciones a la sexualidad, un código religioso estricto, usan el control mental libremente por ‘el bien mayor’ y fuerzan un estoicismo extremo. Exigen una devoción absoluta, son dirigidos por una oligarquía y están prácticamente aislados del mundo externo. ¿Suena un poco como un culto? Lo es.
"Los Sith, por su parte, son unos libertarios absolutos. No aceptan ninguna supervisión o control del estado, practican una filosofía centrada en el yo y le dan más valor a la libertad personal que a la responsabilidad social. Ambos lados son problemáticos de su propia manera, con actitudes extremistas hacia sus filosofías que hacen que todos los elementos de su conducta sean más bien peligrosos. De pronto las líneas simples y sin ambigüedades entre el lado claro y el oscuro se ponen más bien borrosas. Son opuestos binarios en términos de su alineamiento ideológico, pero en la práctica ninguno de los dos es completamente bueno o malo. Venga de donde venga, el extremismo siempre tiene una tendencia a concretarse en lo mismo. Y eso pone sobre la mesa las preguntas sobre el ‘equilibrio en la Fuerza’.
"Y aquí llega Anakin, profetizado como El Elegido que traerá ese equilibrio. Todo se cae a pedazos, por su puesto -al menos desde el punto de vista de los Jedi- cuando es tentado por el lado oscuro. ¡La profecía era mentira! ¿Lo era? ¿Quién sabe? Todo se pone un poco confuso, y los Jedi que quedan huyen y se esconden del asunto por un par de décadas. ¿Pero qué tal si el cambio de polaridad de Anakin podría en realidad haber sido el producto del equilibrio, pero su promesa se deforma por las arbitrariedades y errores de facciones que no quieren realmente el equilibrio en absoluto?
"Todo el tiempo nos hablan del equilibrio. Se retrata como el objetivo clave y de largo plazo de los Jedi, y el estado ideal de toda existencia. Pero incluso con un respetado Alto Consejo y cientos de caballeros actuando como policía galáctica, el prospecto de un solo combo Sith/Aprendiz es insoportable. La versión jedi del equilibrio es en realidad la erradicación del lado oscuro. Este error inherente, esta malinterpretación egocéntrica es la esencia alrededor de la que debió girar la trilogía de precuelas.
"Si ambos lados, profundamente defectuosos, peleasen explícitamente por controlar el alma de Anakin y el asunto del ‘equilibrio’ fuese central, las condiciones están presentes para que el joven Darth no sea un adolescente rabioso inevitablemente deslizándose a la tragedia, sino el primer jedi moderado, un joven inteligente y cuestionador que podría traer el verdadero equilibrio caminando de manera controversial entre las dos facciones. ¿Por qué puede hacer esto? Puede ver cosas que ningún otro jedi puede porque era ‘muy viejo’ para empezar su entrenamiento.
"Esto nos lo dicen cuando Anakin se une a los Jedi, pero nunca se explica del todo. Se nos dice vagamente que los Jedi solo reclutan a niños muy jóvenes, y que la madura edad de nueve años de Anakin lo pone mucho más allá del límite. Oímos hablar de que tiene ‘demasiada ira’. Se nos dice que entrenarlo sería imposible. Pero ya hemos visto que Luke fue entrenado con éxito alrededor de los 17 años a pesar de parecer ‘demasiado impaciente’, ‘demasiado molesto’ y ‘distraído’. Debe haber otra explicación.
"¿Qué tal si se trata de adoctrinamiento? Después de todo, es mucho más fácil hacer que un recluta acepte un estilo de vida dogmático si empieza demasiado joven para recordar alguna otra cosa. Anakin, sin embargo, puede recordar la vida antes de su entrenamiento jedi. Si las películas hubiesen sido lo suficientemente valientes para usarlo como un personaje de punto de vista para el público, capaz de explorar los matices y problemas del mundo de las precuelas, podríamos haber tenido una fundamentación poderosísima de la historia. Porque Anakin realmente ve algunas cosas.
"Ve niños soldados en formación, siendo entrenados en el combate con espadas láser, pero la escena se pone como ‘cute’ en vez de generar un cuestionamiento moral. Ve a los Jedi controlar regularmente mentes inocentes para sus propios fines. Él mismo fue, de manera supuestamente benevolente, alejado del cuidado de su madre: la charla de Qui-Gon con ella se puede resumir como ‘Es un esclavo, ¿quieres que lo siga siendo? Mejor dánoslo. No, no voy a rescatarte, aunque podría’. Y Anakin debe haber visto que esto les pasaba a muchos otros niños sensibles a la Fuerza entre los episodios I y II.
"Cuando llega el Episodio III, el Anakin aun joven tiene una enorme cicatriz en la cara. Debe haber pasado por algunas cosas bastante serias y, siendo realistas, debería estar sufriendo algún nivel de trauma, depresión o síndrome de shock post traumático. Pero en vez de dirigirse a alguno de estos temas, la películas reducen sus problemas -que serían legítimos- con los Jedi a un engreimiento adolescente y arrogante.
"¿Pero qué tal si no lo hicieran? ¿Qué tal si, en vez de quejas vagas y genéricas de rabia e injusticia, Anakin y los Jedi tuviesen una fricción filosófica considerable que parte de la observación y tomas de decisión conscientes de Anakin? Anakin tendría razones legítimas para tener problemas con los Jedi, y sus acciones podrían ser entendidas y se podría empatizar con ellas. Y, lo que es más crucial, podría -como debería ser el caso de todo protagonista- tener agencia real.
"En las precuelas existentes salta aleatoriamente de una crisis a una diatriba emocional a una respuesta impulsiva como un borracho fuera de control, resultando estúpido, tonto y sin ninguna agencia sobre su camino y acciones. Así no es como se crea un personaje principal atractivo en cuyo viaje la audiencia pueda embarcarse. Pero si todo el trabajo de base -que sí existe- se usara, habría un maravilloso reflejo de la historia de Luke: Anakin crece para realizarse y luego choca con los Jedi, exactamente como su hijo completó el mismo viaje para pelear contra los Sith. Ahí hay poesía, y rima.
"Hay equilibrio.
"Hay problemas más sutiles que explorar dentro de la maquinaria jedi que también son ignorados en general, pero siguen estando en la pantalla. La juventud y falta de experiencia de Obi-Wan significan que no está listo para entrenar a Anakin, dejando que la relación entre maestro y alumno se erosione y convierta en una amistad. La idea se menciona algunas veces, pero la falta de guía fuerte o supervisión de Anakin debería ser la columna vertebral de su ‘descenso’.
"Y luego está Yoda. Parece frío y despistado en las precuelas, pero hay una forma en que esto podría funcionar en favor de la saga. La trilogía original introduce a Yoda como un jedi de la mente, espiritual e introspectivo, que sabe que la fuerza interior, en vez de la agresión física, trae el verdadero poder. Si se une esto a las características del desapego e introspección de los Jedi que estamos explorando aquí, obtenemos tanto una explicación de la inefectividad de Yoda en la trilogía de precuelas como el uso de Yoda como testaferro de la organización a la que Anakin se opone. Al entrenar a Luke más adelante-contradiciendo directamente las antiguas reglas de los Jedi para hacerlo-, Yoda tiene su propio arco de redención a través de la moderación, paralelo al de Vader.
"Con Yoda como líder ausente, hay suficiente espacio para que Mace Windu ascienda como la fuerza agresiva, dominante y dogmática que debió ser, una personificación de la línea dura de los jedi que se enfrentaban a la oposición Anakin. Si estas dinámicas se explorasen bien, Anakin sería una amenaza genuina para un dogma genuinamente preocupante. Esto no lo convierte en un tipo malo, pero los jedi extremos del Consejo, asentados en sus costumbres, lo verán exactamente como eso.
"¿Y Padme? Imaginen que su relación sea escrita de manera plausible. Imaginen que Anakin no es un creep molesto con el mundo, y que Padme es una humana inteligente pero pragmática en vez de una mujer-robot caprichosa. En vez de cambiar una y otra vez entre la frialdad y la calidez, soltando arbitrariamente la excusa -que no explica nada- ‘¡Pero soy una senadora!’, Padme seguiría a su corazón, pero el peso de la desaprobación de los jedi ejerce mucha presión sobre la relación. Esto es, hasta que los jedi actúan para terminar con ella. Olviden el absurdo artefacto del sueño ‘profético’ de Anakin en el que Padme moría. Con la desaprobación explícita de los jedi, ya existe un catalizador mucho más significativo y sensato para la deserción de Anakin.
"Nadie engaña a Anakin para que se una al lado oscuro. Él lo escoge. No porque quiera, sino porque lo obligan quienes no quieren que se cumpla la línea de equilibrio regido por la moderación y el progreso a la que él aspira. Es forzado a escoger un extremo, y mientras la línea dura de los Sith no es filosóficamente mejor que la de los Jedi, por eso mismo no es peor. Anakin toma una decisión muy humana y compensible, eligiendo la opción que le podría ayudar a su situación personal y real. Es una movida con la que podríamos simpatizar, de manera más bien hermosa, y que se empareja filosóficamente con el camino libertario de los Sith. La trama, los subtextos, la acción y la ideología se sincronizan, usando un desarrollo real de personajes y dándole forma.
"Todo esto haría a Darth Vader más fuerte, no más débil. Era una noción imposible antes de que aparecieran las precuelas, pero su estreno en realidad hizo que sea difícil respetarlo. Convierten al villano más grande, más interesante y enigmático de la galaxia en un adolescente que lloriquea y se arruina por una serie de errores provocados por su inmadurez ansiosa.
"Si lo hubiesen hecho bien, la agencia de Anakin y su deseo de cambio mantendrían la fuerza directa que tiene en la trilogía original. También se agudizaría su relación con Luke. No está estrictamente tratando de corromper a su hijo, sino de completar la tarea del equilibrio que él mismo fue incapaz de cumplir en su juventud. Ve a Luke no como un aprendiz sith en potencia, sino como una forma de salir de la opresión tiránica del Emperador y una oportunidad para reconstruir la Fuerza. Luke también representa la oportunidad de recuperar a su familia, cuya pérdida lo empujó a su reacia decisión en primer lugar.
"Dada su historia con los opresivos Jedi, Vader probablemente ha resentido al Emperador por mucho tiempo y por razones similares -volviendo a la idea de que un extremismo es tan malo como otro-, pero solo consigue romper su adoctrinamiento al final. Porque no es fácil salir de una relación abusiva y manipuladora. Si todo esto hubiese pasado, tendríamos una trilogía de precuelas que apoya y mejora la original en vez de quedar separada y contradictoria, como ahora.
"Demonios, George, casi lo logras."
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