EL CONTRATO DE LOS EXCREMENTOS
Estaba revisando mis libros y revistas antiguos y me encontré con un ejemplar de la revista Oiga que data del año 1988 ; N. 392 que contiene un excelente artículo no firmado sobre el tema del Contrato Dreyfus”, del cual hace tiempo quería escribir, dado que involucra a ese controvertido personaje como fue Don Nicolás de Piérola, que hizo abdicar nada menos que a Andrés Avelino Cáceres, luego de un enfrentamiento bélico cerca a Palacio de gobierno y cuando terceros lo convencieron a Cáceres de abandonar la presidencia en 1895 .Piérola así ingresó a su segundo mandato que dice la historia borró las huellas del primero, el que fue controversial.
PERO ANTES
Había leído una interesante columna de Carlos Basombrio en Perú 21, quejándose del secretismo de las compras de armas de parte de la Administración Humala, que como todos sabemos han sido del orden de S/ 4,000 millones en tan sólo 2 años y que sirvió para que el ministro Segura señalara que su inversión pública había alcanzado récord, no mencionando para nada, que lo que se compró el año pasado (S/ 2,990 millones) no sirvió para reactivar en nada la economía, pues fue dinero para los proveedores extranjeros. El columnista reclama el derecho a saber los intríngulis de tal compra, pues no le parece que el sector defensa sea el prioritario. Pero así suceden las cosas en el Perú. Lo vimos en el gobierno de Fujimori con las compras de aviones a Belorusia y prácticamente todo quedó en nada. Por ello me parece interesante dar una muy somera visión de lo que fue este famoso “Contrato Dreyfus”.
PIEROLA/DREYFUS
En 1861 y a sus 22 años Nicolás Baltazar de Piérola se salió del Seminario de Santo Toribio y se casó con una bella dama de apellido Itúrbide. Durante 8 años hizo de periodista dirigiendo el diario El Tiempo, estudio derecho e instaló un negocio de imprenta y perfumería importada de los Estados Unidos, entre otros. El local instalado en la Calle El milagro, tenia de vecino a un Judío Francés de Alsacia, quien con sus hermanos habían hecho una sociedad y tenían una espléndida joyería. Su nombre, Auguste Dreyfus, quien atendía directamente a las damas de los ricos de aquella época; es decir los consignatarios del guano. Señalan historiadores de la talla de Basadre y Heraclio Bonilla, que la sociedad de los hermanos Dreyfus fue liderada por Auguste y que este entabló una férrea amistad con Piérola; enterándose éste de cómo funcionaba el tema de los consignatarios y que si se juntaba todo eso en una mano, el negocio era espléndido. Dada una serie de acontecimientos el 5 de enero de 1869 festejando sus 30 años; Piérola fue llamado por el presidente Jose Balta para encargarle la cartera de hacienda de su segundo gabinete. La oportunidad había llegado para el joven Piérola, que ya conocía de la riqueza en las islas y puntas del litoral por la deyección de miles de millones de aves marinas, que a través de siglos habían formado cerros de una riqueza insospechada. Esto no quiere decir que el guano fuera desconocido por los incas o los mismos conquistadores; pero sus características lo protegían de la depredación. Previamente a este encuentro, Mariano Ignacio Prado, había tratado de capturar el poder y cambiar la constitución de 1860 mediante una constituyente. A este movimiento el Mariscal Castilla se le enfrentó, pero murió en Tiwiche en el año 1,867. Luego de una serie de movimientos, al año siguiente fue elegido el Coronel Balta. Pero ya se avizoraba el salitre como un sustituto del guano.
LA RIQUEZA EN SI
En el siglo XIX al dar un vuelco la agricultura inglesa, puso en valor el guano de las islas peruanas. Se señala que en el año 1846 un británico señalaba que el Perú tenía más de 33 millones de toneladas de este producto y por años se pensó que este sería eterno. Tal es así que unos señalaban un mínimo de 400 años de explotación y otros que duraría hasta que los habitantes de la tierra dejaran de moverse en el planeta. En 1862 prácticamente el erario público se sostenía con el guano. Y se señala que entre el año 1850 hasta el año 1869; Inglaterra pago como 38 millones de esterlinas por el guano que le enviaban los consignatarios.
EL MODUS OPERANDI
Se señala que 1,000 operarios enganchados de la sierra, lo desmenuzaban de las montañas de estiércol y lo conducían a las embarcaciones que esperaban el producto incluso por periodos prolongados alrededor de las islas. Al comienzo la explotación era directa, pero luego se firmó un contrato con Gibbs, una firma inglesa, quien lo exploto por 20 años a partir del año 1847.
LA DECISION DE PIEROLA
La llamada de Balta a Piérola es porque el fisco estaba pésimo con sus finanzas, según algunos por la guerra sostenida con España el 2 de mayo del 1,866 en lo que se tuvo que adquirir cuantioso material bélico. El 7 de enero ante el Parlamento; Piérola se fue contra los consignatarios que le hacían préstamos al gobierno de intereses del 3% mensual, le pagaban tarde mal y nunca ;pidiendo su eliminación a fin de que el país recupere su producto, salve al fisco, levante su crédito internacional y equilibre su presupuesto .Y para ello necesitaba un solo operador. Seis meses después los representantes peruanos en Europa buscando a la empresa que quisiera asumir el monopolio de la venta del guano, firmaban en París un contrato con la firma “Dreyfus &Hermanos”. ¿ Quién comandaba la empresa”. El vecino de Piérola por años; Auguste Dreyfus. La incógnita que incluso Basadre no ha podido desenmarañar es: ¿Cómo pudo este joyero que no pasaba por holgura económica, sino dudosa, constituir una empresa con 60 millones de francos de la época, parte de ellos aportado por la poderosa Societé General de París? También se ha dejado de hacer proyectos tan simples como poner en valor ciertas localidades turísticas.
EL CONTRATO EN SI
Dreyfus se comprometía a comprar 2 millones de TM de guano, valorizadas en 73 millones de soles, al término de los contratos de consignación vigentes; anticipaba asimismo la entrega de 2 millones de soles en 2 partes mensuales así como cada mes hasta marzo de 1871 S/ 700 mil y encima cubría la deuda que ascendía a S/ 5 millones al año. El precio pactado era mayor al de los consignatarios, es decir S/ 36.50 por tonelada en vez de S/ 31 que era lo que pagaban los consignatarios. Es pertinente aquí señalar que este contrato tuvo enorme controversia. Incluso los consignatarios se quejaron y ganaron a nivel de la Corte Suprema en su queja. Pero la tenacidad del Coronel Balta y del mismo Piérola, lograron convencer al Congreso que firmó el contrato el 11 de noviembre de 1870, el que duró hasta 1,876.
LOS FERROCARRILES
Es así que luego de este arreglo, el gobierno vía Enrique Meiggs se adentra en la aventura de los ferrocarriles, pese a que había antecedentes de que Meiggs, estaba en difícil situación económica a pesar de haber sido un hombre de fortuna. Se convierte así mediante Balta, la riqueza del guano en ferrocarriles, que la seguiría Manuel Pardo y en 1870 la Casa Dreyfus se embarcaría en 2 empréstitos uno de ellos cuando ya Piérola había dejado el ministerio de Hacienda. En consecuencia hubo uno por S/ 59´600,000 y el otro por S/ 75 millones, pero pactado en libras esterlinas (15 millones). Esto fue la ruina para el país y el inicio de una lucha entre Balta y Piérola y un problema enorme en la política del país. De allí y luego de varias negociaciones entre el gobierno y Dreyfus asume el poder Mariano Ignacio Prado y los líos de este con Piérola y Dreyfus, impiden arreglos y de a pocos y con una serie de líos de orden financiero se viene la guerra con Chile. El caso es que la “Política Ferrocarrilera”, fue tan notable que incluso se descuidó el tema de la higiene y salud, lo que dio que la fiebre amarilla atacara severamente a la población. Las estadísticas de aquella época nos señalan que.
a) En 1861; había 90 ms de vías férreas
b) En 1874 ; 947 Ms
c) Y en 1879 ; 1,963 Ms.
Ya para esa fecha Dreyfus entregaba apenas S/ 300,000 de los S/ 700,000 pactados y la controversia siguió por años. En el año 1,880 Piérola vuelve a hacer un contrato con Dreyfus y de allí la historia señala que por muchos años mas siguió la controversia.