La corrupción de nuestro sistema judicial es uno de los mayores problemas institucionales que enfrenta la economía peruana para que alcance un desarrollo óptimo que impacte en el bienestar de sus ciudadanos.
Así lo revela el último ranking de Competitividad del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), en el que Perú se ubica en el puesto 69 de un total de 140 países evaluados.
Dentro los 12 pilares evaluados por el citado organismo institucional, destaca el subpilar Instituciones, en el que bajamos a la ubicación 116, por la debilidad de nuestras organizaciones públicas y privadas. Dentro de este rubro, está el ítem Ética y Corrupción, en el que Perú cae fuerte al lugar 130, en lo que se refiere a “irregulares pagos y sobornos para obtener sentencias judiciales favorables”.
El análisis cuantitativo que realiza el organismo multilateral revela que Perú está lejos de ser un país con los fallos judiciales más transparente, porque mientras la puntuación máxima obtenida por las 140 naciones evaluadas para este ranking es de 6.51 y la mediana llega a 3.83, nuestro país apenas logramos la nota de 1.71, lo que nos ubica entre las 10 economías más corruptas por sus sentencias.
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