Revocatoria para dummies: ¿Quién asume, cuánto cuesta, cuánto demora? ¿Nos conviene?
Por Oscar Soto.
La posible revocatoria de la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, es la principal bandera enarbolada por la oposición edil con la excusa de tener una gestión mas eficiente en el municipio. Pero, ¿realmente una revocatoria trae consigo un ambiente estable y propicio para una nueva gestión eficiente?. Imposible saberlo. Sin embargo, las circunstancias que siguen a una revocatoria hacen que se vea por lo menos muy difícil.
Un proceso de revocatoria se inicia con la compra de los kits electorales. Estos incluyen las planillas necesarias para la recolección de firmas, un software para registrar estas y una serie de formularios oficiales. La cantidad de firmas requeridas para solicitar una consulta de revocatoria deben alcanzar el 25% de el electorado de la jurisdicción o un máximo de 400 mil. En Lima votan 6’608,114, por lo cual el 25% serían 1'652,028 personas. Esto hace obligatorio que los promotores de la revocatoria consigan las 400 mil firmas antes del 25 de mayo, plazo en el que se cierra la recepción de solicitudes este año. Es decir, un promedio de 2425 firmas diarias.
Una vez recolectadas las firmas, ONPE las envía a RENIEC para su verficación. Tras los plazos de ley y de comprobarse el número de rúbricas requeridas, el proceso de consulta -una suerte de referéndum- recién se llevaría a cabo el 30 de setiembre de este año.
Ahora bien, en caso de que en esta consulta más del 50% del electorado (3' 304,058 votantes limeños) aprobara, finalmente, la revocatoria de las autoridades se presentarían los siguientes escenarios según de quién se haya pedido la revocatoria (lo cual se especifica en la cédula):
Escenario 1 - Revocatoria de la alcaldesa: En este primer caso, el sillón municipal sería ocupado hasta el final del actual mandato (fines de 2014) por Eduardo Zegarra, actual teniente alcalde y miembro de Fuerza Social.
Escenario 2 - Revocatoria de un tercio de los regidores y la alcaldesa: Solo en este caso procedería una nueva convocatoria para elecciones municipales, las cuales se realizarían recién en julio de 2013. En el interín, los puestos vacantes serían ocupados también por accesitarios de Fuerza Social hasta la nueva elección.
En cualquiera de los dos casos, tendríamos un nuevo alcalde cuyo mandato duraría tan solo año y medio. ¿Se puede hacer una gestión medianamente buena en este corto tiempo? Difícil.
Otro tema que hay que tener en cuenta es el presupuesto. La última elección nacional costó aproximadamente 160 millones de soles. Tras una estimación ligera basada en porcentaje de electores podríamos decir que cada proceso en Lima costaría 55 millones de soles.
Según el congresista de Alianza por el Gran Cambio, Juan Carlos Eguren, este periodo de incertidumbre no le haría nada bien a la búsqueda de eficiencia frente a la Municipalidad, por la inestabilidad y la inevitable curva de aprendizaje que quien asuma la alcaldía tendría que seguir. Susana Villarán dijo ayer que con la revocatoria perdería ella, pero más perdería la ciudad. Curiosamente, Villarán y Eguren están de acuerdo en este tema.
Fuentes: Ley de los Derechos de Participación y Control Ciudadanos, ONPE. Más info sobre los procesos de revocatoria en el FAQ de la web de la ONPE.
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Músico, periodista en La Mula, ateo, geek, melómano, romántico de izquierdas, lector compulsivo y friki recién casado.
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