Antauro Humala no es un preso cualquiera; es el hermano menor del presidente Ollanta Humala, y —desde que el actual mandatario decidió entrar en la vida política— uno de sus mayores problemas.

Políticamente, ambos hermanos nacieron juntos en el alzamiento de Locumba, pero se dividieron tras el 'Andahuaylazo', inicialmente respaldado, pero luego negado por Ollanta. Según declarara Gustavo Gorriti en el año 2006:

Sin Antauro no hay Ollanta. Antauro fue si se quiere la pista de despegue. En determinado momento, la radicalidad de su discurso lo hizo inconveniente, entonces se produce una separación. Sin el trabajo previo que hizo Antauro, Ollanta no estaría en las elecciones.

Alzar triunfalmente un par de brazos esposados, hacer desplantes y patear sillas durante su propio juicio le dieron en los últimos años una imagen de preso rebelde. Pero, desde que su hermano es el presidente, Antauro se ha sentido con el poder de dar entrevistas a múltiples medios de comunicación, pasar navidad y año nuevo fuera de prisión, y ser trasladado irregularmente a otro penal "por su seguridad".

Según las últimas imágenes difundidas por el programa 'Cuarto Poder', también tiene un iPhone, un espejo y una rubia dentro de su 'celda'. ¿Un preso consentido? Aparentemente.

Aquí (también) mando yo

Inmediatamente después de la juramentación por la constitución de 1979 de Ollanta Humala, Antauro dio la siguiente entrevista, donde felicitaba la "reivindicación" de la antigua carta magna y ponía en su lugar a toda la "burocracia" de Gana Perú, como los congresistas Javier Diez Canseco, Daniel Abugattás y Freddy Otárola, porque no participaron del proyecto nacionalista, el "prólogo heroico que se originó en Locumba".

Además, pidió a su hermano al cumplimiento del "compromiso histórico" de la amnistía a los etnocaceristas: "Los que nos rebelamos por restituir la Constitución del 79, ahora somos precursores de este nuevo Gobierno que ha jurado por esa Carta Magna; por consiguiente, nos deberían dar una amnistía y felicitación nacional”.

En el mes siguiente, Antauro siguió comentando desde Piedras Gordas la coyuntura política nacional, manifestó su intención de que el partido etnocacerista participe en las elecciones regionales del 2014 y generales del 2016, comentó lo que haría si llegara a la presidencia, y criticó el apoyo de los Vargas Llosa a la campaña de su hermano.

El hermano menor estaba seguro que pronto estaría dando marcha a sus intenciones en libertad: "La mesa está servida", declaró entonces.

Además, provocó que varias voces del gobierno se refirieran a él, como el entonces ministro de Defensa, Daniel Mora, y quien fuera el segundo vicepresidente, Omar Chehade. Ambos coincidieron en señalar que Antauro no participó directamente del 'Andahuaylazo' porque nunca empuñó un arma, gesto que el hermano menor del presidente saludó:

Estas declaraciones me permiten visualizar que ya comienza a ‘reenfocarse’ el 'Andahuaylazo' en su dimensión real: (un) hecho social insurgente como en Bagua o como el ‘Moqueguazo’.

El 7 de setiembre, el juzgado le redujo la pena de 25 a 19 años por homicidio y secuestro, aunque Antauro había pedido la nulidad de la sentencia y un nuevo juicio solo por sedición. Tras la sentencia, volvió a pronunciarse en un video difundido en el VI Congreso Etnocacerista, y criticó el régimen de su hermano —"un reformista, no un revolucionario"— del que señaló: "No me extrañaría que hayan ministros ladrones, quizás vicepresidentes ladrones".

Ollanta hizo el deslinde poco después: "Lo quiero mucho y a toda mi familia, pero obviamente no todos los peruanos pensamos igual y en este caso yo no comparto las ideas de mi hermano”. Pero luego tuvo que reiterar que no indultaría a Antauro, tras la calificación de "preso político" que le dio en entonces premier Salomón Lerner Ghitis, y que su padre Isaac saludara.

En diciembre, Antauro volvió a pedir amnistía general para los etnocaceristas porque no cometieron "crímenes de lesa humanidad como Abimael Guzmán o Alberto Fujimori". Tras esas declaraciones, Ollanta Humala no se volvió a pronunciar. Su hermano salió de prisión en navidad y año nuevo por "cólicos renales", y, el 3 de marzo, fue trasladado irregularmente al penal militar 'Virgen de la Merced' de Chorrillos, a pesar de que sus delitos fueron comunes y no militares.

Encima de todo, la semana pasada presentó una demanda judicial para ser reincorporado en el Ejército con el grado de coronel. ¿Algo más? Sí. Probablemente, Antauro querrá conservar su iPhone, con el que se fotografiaba frente al espejo en su 'celda' en Piedras Gordas y tenía acceso a Internet, beneficio prohibido a cualquier interno.

El jefe del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), José Luis Pérez Guadalupe, señaló anoche que trasladaron al interno por "motivos de seguridad personal", y que el presidente de la República “nunca le ha solicitado privilegios o tratamiento diferenciado a su hermano Antauro”. Sin embargo, si Antauro hace lo que quiere, es porque alguien más también está haciendo lo que Antauro quiere. Y, en este caso, así como hay que garantizar la seguridad del hermano del presidente en prisión, hay que garantizar que, efectivamente, cumpla su condena como cualquier reo.

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